viernes, 8 de abril de 2016

 


Isabel Soler Rivas: Fuera del mar


Cuando te explica su obra, descubres hasta que punto se implica con ella. El arte, esa otra forma de vivir. "Domesticación" es la primera exposición individual de Isabel Soler Rivas, en El Foro de Pozuelo, dentro del macro festival Miradas de Mujeres 2014. El camino de Isabel ha sido largo, para los que dicen que todo está conseguido. Estudiar bellas artes ha sido su batalla, antes ha acumulado otros títulos y oros trabajos, como magisterio.
Podríamos decir que su exposición es un canto de amor al mar, a su ausencia, a lo que se pierde en el camino: sonidos, afectos, paisajes, luces.
Lo audiovisual es el eje de la exposición: video, fotografía, sonido 3D. Trajes que se visten de fotografías para no pasar desapercibida; fotografías que se enmarcan en una caja y realmente son un juego de 17. Fotografías que se convierten en un círculo donde esconderse o mirar y realmente son el libro que las contiene, a modo de escultura intercambiable. O el video que está hecho de más de mil fotografías y parte de una idea tan sencilla como la belleza de los cristales de sal, su geometría.
¿Como traer el mar a una ciudad como Madrid, como Pozuelo? Imágenes, memoria. Quizá para descubrir que el ruido nocturno del mar y de la ciudad se parecen tanto, se funden, irreconocibles...
"Domesticación" habla de la interacción constante entre el hombre y la naturaleza, entre la naturaleza y la civilización. "Todas las cosas ser criadas a manera de contienda o batalla", como nos recuerda Fernando de Rojas a Heraclito en "La Celestina", o en sentencia como esta: "Que aun la misma vida de los hombres, si bien lo miramos, desde la primera edad hasta que blanquean las canas, es batalla".
"A veces siento el mar como si fuera mío", nos dirá Soler Rivas. Por eso lo ha metido en cajitas, lo ha domesticado. Una idea que está en toda su obra es la de compartir: desde pequeñas cajitas de agua con sal que regala para incitarte a ser artista, instalaciones portátiles que crecen según tu ánimo o espacio, instalaciones sonoras en 3D que son esculturas de sonidos...
Ha jugado bravamente con el espacio de El Foro: la primera sala se le queda pequeña. Para pasar a la segunda ha construido un túnel, por el se entra al mundo marino. A la luz marina. Al sonido del mar.

Jesús Gironés
Las fotografías son de Josep M Navarro Canut y Jesús Gironés















Como por arte de magia...
Loreto Pozuelo



Lo bueno que tiene la obra de Loreto Pozuelo es que se explica sola. Por eso no hay dos cuadros iguales, como no hay dos gotas de agua iguales. En la gran tradición española de Buñuel o Dalí, de Ángeles Santos o Maruja Mallo, ella mira a la realidad como no puede ser de otra forma: dándole la vuelta para que se vea como es.
Es el juego muy serio de mirarlo todo como si fuese una broma, de buscarle tres pies al gato, un poco como a hachazos visuales algunas veces. ¿Ves ésto? Pues ahora verás. Y la artista, como buena prestidigitadora va asombrándonos con su arte de birlibirloque, como solo los buenos magos saben hacer, mantenernos con la boca abierta con sus apariciones y desapariciones.
Como por arte de magia... podría ser una de las recetas que aplicamos a la pintora. Y siempre tiene algo mágico el arte que no teme decir su nombre. Y siempre hay una llamada al juego, a la mirada lúcida de los niños que preguntan en voz alta, porque piensan y no les gusta comulgar con ruedas de molino, sapos o culebras. Los viejos cuentos encierran tanta sabiduría.
La obra de Loreto Pozuelo está llena de deslumbramientos, muchos compartidos con amigos, desconocidos, espectadores, coleccionistas. Como se declaraba Nacho Casares: “Soy rendido admirador. En Loreto siempre hay dobles y triples lecturas. Nada es lo que parece que da la sensación de que se revela algo concreto”.


Jesús Gironés
Pozuelo de Alarcón, marzo 2016