domingo, 11 de diciembre de 2022

Carmina Abril



Recordando a Carmina Abril


Sé que había mirado su escaparate muchas veces, pero la primera vez que entré "por la puerta grande" fue con mi amiga Adriana y me sentí parte de la familia. Carmina y su mirada inteligente y bondadosa, ese amor que a veces se te concede como un regalo maravilloso.
Por allí ví a Pepe Hierro, Mayrata O'Wisiedo o a María Teresa López, la modelo de Julio Romero de Torres.
Luego he ido descubriendo que en la Galería Abril hicieron sus primeras exposiciones Farreras, Orcajo, Mesa Esteban Drake o Soledad Barbadillo entre tantos otros que expusieron: Barjola, Gerardo Rueda, Grau Santos, Óscar Estruga, Alcaín...
O que Carmina, después de las paellas en casa de Ute Kadner, dormía la siesta debajo de una mesita barroca...


El escritorio de la casa de Ute Kadner en Pozuelo de Alarcón.


Y más tarde, hablando con Carlos Maldonado en casa de Matilde Roca de Togores, se asombraba de que hubiese conocido a Carmina, porque en su librería recalaba su abuela Aurora Lezcano, Marquesa de O'Reilly, pintora, gran gastrónoma y colaboradora habitual del ABC.
Y allí probablemente, escuché por primera vez hablar a mi amiga Adriana de "la cocina de los Rosillo", desde entonces algo mítico para mí, siempre lo cuento, Inma Rosillo-Daoiz. Y gracias a Inma pude probarla. Ay, el foie con ciruelas y chalotas glaseadas... y todo lo demás.


Cuesta encontrar en google memoria de la Librería Abril, pero algo aparece de aquel mundo de amor a la cultura.
Un recuerdo de Manuel Rico:
" Aunque casi siempre volvía a casa tomando el metro en esa estación, en ocasiones caminaba hasta la Puerta del Sol y me detenía, por un tiempo interminable, en una librería que tenía algo de lugar de lo maravilloso. Era la librería Abril, en la calle Arenal, a unos trescientos metros de la plaza de Ópera. Eran días convulsos, de grandes mutaciones políticas, sociales y culturales (se iniciaba por entonces "la movida madrileña", se cocía el 23-F, la democracia naciente tenía el primer alcalde de izquierdas en Madrid con Tierno Galván) y mi nivel de compromiso era absorbente hasta límites hoy inimaginables. En ese ambiente, la librería Abril, en aquellos regresos de media tarde, era, para mí, una isla en la que yo me sumergía durante un buen rato en la lectura, al azar, de poemas de los poetas más extraños. Allí, años antes, había comprado el libro Poesías escogidas, un antología de José Hierro editada en 1960 por Losada en Buenos Aires (una primorosa edición que ha desaparecido de mi biblioteca, lo que me hace pensar en un descuido de alguno de mis amigos), y allí, tal y como pude leer tiempo después, se trasladó la tertulia que Pepe dirigía en el Ateneo, tal y como lo cuenta Pedro J. de la Peña en su libro José Hierro. Vida, obra y actitudes: "La tertulia poética que Hierro dirige en el Ateneo acaba siendo censurada y se traslada a la librería Abril, en la calle Arenal. Dirigida por Carmina Abril, José Gerardo Manrique de Lara y Pepe Hierro. Se inauguró con una lectura de poemas de Vicente Aleixandre", escribe".
Y otro, anónimo:
"Alberto Corazón dio sus primeros pasos en el mundo artístico en la ya legendaria Librería Abril de la calle Arenal, donde conoció a artistas vinculados con el informalismo, como Saura y Lucio Muñoz, a músicos como Luis de Pablo, o escritores como Celaya o Ferlosio".

Alfonso de la Torre, en su blog "Diario de un pintor", aporta nuevos datos a partir de la relación de Gerardo Rueda con Carmina Abril: "Los años 1954-1958, bien representados en esta exposición, fueron años collagistas fructíferos para Rueda. Precisamente entre el 14 y el 30 de junio de 1954 presentaba su exposición “Collages. Dibujos abstractos” en la Sala Abril de calle Arenal número dieciocho de Madrid, la galería dirigida por Carmen, “Carmina”, Abril. No hay memoria de la presencia de collages en fechas anteriores en el quehacer artístico de Rueda. Su exposición anterior y primera casi individual (la exposición “Magaz-Sangro” junto a su amigo Toni Magaz Sangro) en la misma sala, reunía doce cuadros. Hoy podríamos titular, a esa exposición inaugurada el año anterior, el veintitrés de marzo de 1953, un mes antes de cumplir sus veintisiete años, “Casas”, pues las doce obras presentes tenían como motivo, siempre, diversas evocaciones del Madrid mesetario y gris en el que nació y vivió Rueda. Allí estaban algunos de los despojadísimos cuadros que han podido verse en la primera sala de su antológica en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Volviendo a 1954, fecha de su exposición en la sala Abril, recordemos ésta era la sala de exposiciones habitual del artista en los años cincuenta. Galería y librería fundamental para la formación del artista. Allí pudo adquirir, “sottovocce”, algunos de los libros proscritos o de difícil hallazgo en aquellos años. Allí también conoció, entre otros, a Luis de Pablo, Camilo José Cela o Francisco Nieva. Luis de Pablo, este mismo año 2001, calificaba a Carmina Abril de “legendaria” en su pequeño texto “Silencio y sonrisa” realizado por encargo del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El músico recordaba conocería, en 1956, en ese lugar a Gerardo Rueda.
No podemos, por otro lado, olvidar el deconstruido collage, presente en la exposición del Reina Sofía, y hoy en la colección de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en el que Rueda homenajea, nada menos que en 1955, a su amiga y librera. Se trata además del único collage en el que Rueda utiliza la técnica de fragmentar –dejando ciertamente reconocible- una imagen. Desde 1990 el ajado cartel de la librería Abril, arrancado por otros al cierre de la misma, presidía el Estudio que tuvo el artista en al calle San Nicolás de Madrid, el de los Austrias, a no muchos metros de la librería". (Texto en “Gerardo Rueda. Collages (1954-1996)”, Centro Municipal de las Artes, Alcorcón, 2001).

Y Adriana González-Simancas, aporta su memoria de "sobrina adoptiva" de Carmina. Su madre y su tía Pili fueron grandes amigas de Carmina. La casa familiar de las Sanz-Beneded, en el 18 de Arenal, era un refugio para Carmina. Copio los comentarios de Adriana al ver el álbum; " Uff, qué bueno Jesús!!. Después de comer en casa de la tía Pili, café, cigarrillo, cabezada y a las 17 de nuevo en marcha! A abrir Abril!. Uno de los marcapáginas que hizo, para regalar a quien con respeto comprara un libro (y ya empezaban a escasear en la época), decía así:

Abril sin tu asistencia clara,
fuera invierno de caídos esplendores;
mas aunque abril no te abra a ti sus flores,
tú siempre exaltarás la primavera

Evidentemente reproducía el poema de Juan Ramón Jiménez, amigo de Ángel Lázaro gran caballero que frecuentó la librería Abril durante los 80, y al que le admiraban, por incomprensibles, los "ángeles femeninos que fumaban" !
Y no olvidemos a nuestra querida por todos y mano derecha e izquierda de Carmina, María Luisa Gandarias. Sin ella los últimos años de Abril hubieran sido muchos menos y menos profesionalmente elegantes, así era Mª Luisa! Si me ataco, no paro Jesús. Gracias por estos buenos recuerdos atosigadora-mente melancólicos!.". 






Gerardo Rueda
CARMINA ABRIL
1955
Collage de cuero, textil, papel fotográfico y dibujo a lápiz sobre cartulina
61,5 x 47,8 cm.
Gracias a Alfonso de la Torre.







Carmina con Maria Luisa Gandarias y sus sobrinos Alfredo Blanca y Emilio Jiménez Millas.




Exposición de HALMOLDA o ALMOLDA, Isabel Almolda Nieto.


Homenaje a Carmina Abril. 26 de junio 1962. Fotografías de Martín Santos Yubero.
Foto superior, primera izquierda, Cayetana Alba.
Foto inferior, izquierda, Pili Sanz-Beneded.
http://www.madrid.org/.../carmina-abril-escritora...






ABC Madrid. 17.5. 1985
Artículo de Javier Rubio.


Carmina Abril/ Carmen Díaz Herrero. Oviedo/ Madrid, 11 de octubre de 1985.

martes, 29 de noviembre de 2022

AMALIA AVIA: TODA LA TRISTEZA DE LA POSGUERRA


 

AMALIA AVIA: TODA LA TRISTEZA DE LA POSGUERRA.

Ayer tuve un día pletórico, exultante. Comí con Maite, Mateo y Fernando en un restaurante que no conocíamos y nos encantó. Buena comida y el personal simpático y atento. Luego Maite me acompañó a ver la exposición de Amalia Avia -El Japón en Los Ángeles-, que tenía muchas ganas desde que la inauguraron. Al salir, me animé a ir hasta La Mallorquina, comprarme un merengue y seguir por Mayor hasta la plaza del Comandante de las Morenas, y vuelta a casa. Para colmo con un conductor encantador.
AL ENTRAR en Alcalá 31, la obra de Amalia nos asombró.
Cuánta tristeza. Nos inundó una sensación de opresión. Hasta ese momento su obra me había conmovido por lo que yo interpretaba como una mirada al pasado perdido. Al ver su obra esta vez sentimos toda la grisura del franquismo. Toda la tristeza de la posguerra.
Apenas algunos cuadros de interiores en los que se disfrutaba la vida, o la naturaleza -flores frutas- que eran un contrapunto al ambiente general. Y esas personas que parecían zombies, desdibujados. Almas, fantasmas en la ausencia de libertad.
La España negra en la pintura de Amalia Avia. Me vino a la cabeza Gutiérrez-Solana.
Una exposición fascinante. Volveré.
Acabo de leer sus memorias "De puertas adentro", y he seleccionado página y media en que cuenta lo que significó para ella la posguerra. Y su profunda tristeza.
Lo dijo Adorno:
"Para poder subsistir en medio de una realidad extremadamente tenebrosa, las obras de arte que no quieran venderse a sí mismas como fáciles consuelos, tienen que igualarse a esa realidad. Arte radical es hoy lo mismo que arte tenebroso".


[Publicado en facebook el 23 de noviembre de 2022]





































La España negra: Amalia Avia y José Gutiérrez-Solana









Espacios en paz














[Todas las fotografias de obras no pertenecen a la exposición de Amalia Avia]