domingo, 17 de noviembre de 2024

JULIO CORTÁZAR. UN POEMA PARA CRIS

 UN POEMA DE JULIO CORTÁZAR

A CRISTINA PERI ROSSI



Nunca sabré por qué tu lengua entró en mi boca
cuando nos despedimos en tu hotel
después de un amistoso recorrer la ciudad
y un ajuste preciso de distancias.
Creí por un momento que me dabas
una cita futura,
que abrías una tierra de nadie, un interregno
donde alcanzar tu minucioso musgo.
Circundada de amigas me besaste,
yo la excepción, el monstruo,
y tú la transgresora murmurante.
Vaya a saber a quién besabas,
de quién te despedías.
Fui el vicario feliz de un solo instante,
el que a veces encuentra en su saliva
un breve gusto a madreselva
bajo cielos australes.


Julio Cortázar | Cinco poemas para Cris



[La carta a Cristina Peri Rossi decía: “Bichito: sé que serás benévola con estos poemas, cuyo único delito es haberlos escrito; pero a lo mejor no podía hacer otra cosa, la que hubiera querido, y sin embargo te los debo, como te debo tantas otras cosas. Sé que me las vas a perdonar y sé que las leerás con tu media sonrisa llena de ternura y de comprensión, porque vos lees más allá de las palabras, que es donde se encuentra el verdadero texto”. (Clarín)
Finalmente fueron 15 poemas.]









domingo, 20 de octubre de 2024

YVES BONNEFOY, JOSÉ LEZAMA LIMA, JONIO GONZÁLEZ, ANA BLANDIANA.

 YVES BONNEFOY: NOMBRE VERDADERO

Llamaré desierto a ese castillo que fuiste,
noche a esta voz, ausencia a tu rostro,
y cuando caigas en la tierra estéril
llamaré nada al relámpago que te llevó.
Morir es un país al que amabas. Vengo
pero eternamente por tus caminos sombríos.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria,
soy tu enemigo que no tendrá piedad.
Te llamaré guerra y me tomaré
sobre ti las libertades de la guerra y tendré
en mis manos tu rostro oscuro y cruzado,
en mi corazón esa región que ilumina la tormenta.
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en "Poesía francesa contemporánea 1940-1997", Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1997. Selección y traducción de Jorge Fondebrider. En la imagen, Yves Bonnefoy (Tours, Francia, 1923-París, Francia, 2016) por Anne-Laure Poisson, 2009.
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VRAI NOM
Je nommerai désert ce château que tu fus,
nuit cette voix, absence ton visage,
et quand tu tomberas dans la terre stérile
je nommerai néant l’éclair qui t’a porté.
Mourir est un pays que tu aimais. Je viens
mais éternellement par tes sombres chemins.
Je détruis ton désir, ta forme, ta mémoire,
je suis ton ennemi qui n’aura de pitié.
Je te nommerai guerre et je prendrai
sur toi les libertés de la guerre et j’aurai
dans mes mains ton visage obscur et traversé,
dans mon cœur ce pays qu’illumine l’orage.



JOSÉ LEZAMA LIMA: ESPERAR LA AUSENCIA
Estar en la noche
esperando una visita,
o no esperando nada
y ver cómo el sillón lentamente
va avanzando hasta alejarse de la lámpara.
Sentirse más adherido a la madera
mientras el movimiento del sillón
va inquietando los huesos escondidos,
como si quisiéramos que no fueran vistos
por aquellos que van a llegar.
Los cigarros van reemplazando
los ojos de los que no van a llegar.
Colocamos el pañuelo
sobre el cenicero para que no se vea
el fondo de su cristal,
los dientes de sus bordes,
los colores que imitan sus dedos
sacudiendo la ausencia y la presencia
en las entrañas que van a ser sopladas.
La visita o la nada
cubiertas por el pañuelo,
como el llegar de la lluvia
para oídos lejanos,
saltan del cenicero,
preparando la eternidad
de sus pisadas o se organizan
inclinándose sobre un montón de hojas
que chisporrotean sobre el jarrón
de la abuela,
huyendo del cenicero.
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en "Fragmentos a su imán", Lumen, Barcelona, 1978. En la imagen, José Lezama Lima (La Habana, Cuba, 1910-1976).



JONIO GONZÁLEZ
MARGARIDA
algo destacaría, sí
de encinas y robles
la forma en que flanquean
el sendero hacia el volcán
de la ermita
la ofrenda para nadie
de las hojas que pisamos
la piel del agua y el reflejo
de nuestro pie en ella
¿qué más habrá de suceder
qué error que no hemos previsto
o qué milagro?
mientras descendemos
entre verdes matas
mientras nos ignora la brisa
y la mano toca
la piedra antigua
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J. G., inédito



ANA BLANDIANA:
SIN SABER
Evidentemente no me parezco
a ninguno de esos hilanderos de palabras
que se hacen los trajes y las carreras de ganchillo,
las glorias, los orgullos,
aunque me muevo entre ellos
y ellos miran mis palabras como si fueran pulóveres,
"¡Qué bien vestida vas”, me dicen.
“¡Qué bien te queda el poema!”,
sin saber
que los poemas no son mis vestidos,
sino el esqueleto
extraído con dolor
y colocado encima de la carne como un caparazón,
siguiendo el ejemplo de las tortugas
que así sobreviven
largos e infelices
siglos




(Los 4 poemas del facebook de Jonio González)

lunes, 22 de julio de 2024

NIJOLÉ MILIAUSKAITÉ: UN POEMA





NIJOLÉ MILIAUSKAITÉ: UN POEMA


Eres como un pedazo de ámbar avizorado al azar
por ojos desgastados, entre algas marinas,
tras largos, cansados paseos
tan grande y pesado que no se puede creer: ¿será verdad?
hay que limpiarte bien
pulirte
para que irradies luz y calor
despertar
la belleza extraña, alarmante
olor a ámbar al abrir el cajón
eres el único objeto de valor que nadie, nunca
podrá quitarnos, oh pasado.



en "Prohibido entrar", Soc. de Cultura Valle-Inclán, Ferrol, 2003. Trad. del lituano, Biruté Ciplijauskaité.
A través de Jonio González.

martes, 2 de julio de 2024

"Cartas a Kafka", la mirada de Luis Francisco Pérez.



Del 22 de junio al 21 de setiembre de 2024
De 10 a 22 horas de lunes a sábado
Del 27 de julio al 27 de agosto, cerrado


"Una exposición, en verdad, muy interesante de mirar y de pensar"

Un texto de Luis Francisco Pérez sobre "Cartas a Kafka"


“Cartas a Kafka”, colectiva de cuatro artistas en Cafebrería ad Hoc, Madrid

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"Podemos calificar esta exposición -comisariada por Jesús Gironés y que reúne obras de cuatro artistas- de homenaje a Kafka en el centenario de su muerte. En base a ello, sería demasiado fácil y previsible hacer uso del adjetivo “kafkiano” como correlato imprescindible en el devenir artístico de las obras presentadas, y no es porque este encadenamiento no esté -directa o indirectamente, en mayor o menor medida- presente en la muestra, sino al hecho de que estas “Cartas a Kafka” deben más a Freud que al genial escritor de Praga. Es decir, son deudoras (y herederas), por una parte, de los múltiples juegos surrealistas, de filiación freudiana, desde un plano puramente artístico o de ”Historia del Arte”; y por otro introducen, en el devenir plástico/expresivo de lo seleccionado por el comisario, el argumento conocido como “Unheimlich”, con el cual Freud ponía el foco de atención en la inquietante extrañeza de aquello que aún debiendo permanecer oculto sale a luz y se manifiesta sin ocultamiento alguno de su parte más siniestra u ominosa.

A partir de estas cualidades, rasgos o condiciones, es cuando la exposición adquiere una interesante y rara estructura, compartida por los artistas, desde una consideración de la fantasía en tanto que ficción que no está fuera de la realidad, sino engarzada en los rincones y recovecos de la memoria personal, familiar y privada. Así sucede en los pequeños collages -y el que sean de reducidas dimensiones es un acierto: provienen de un bajo fondo íntimo, sentimental y afectivo- de Florencia Kettner, muy buena “lectora”, por lo demás, de los collages de Grete Stern. O en la narrativa secuencia, en verdad inquietante, de las “situaciones” creadas por Pepe Domínguez que parecen relatos apócrifos de Kafka. O en la bronca gestualidad de los grabados de Mariana Laín, que poseen la misma cruel indiferencia de los personajes secundarios que aparecen en sus principales novelas. Al igual que sucede en las delicadas y un tanto delirantes estructuras de gestualidad abstracta de Pepe Medina, que cuanto más se miran más extrañas figuraciones aparecen. Una exposición, en verdad, muy interesante de mirar y de pensar".

Luis Francisco Pérez






Pepe Medina






Florencia Kettner








Mariana Laín






Pepe Domínguez






Kafka en Cafebrería ad Hoc

“Cartas a Kafka”


La carta de las nubes a la arena:

la sombra lo es por un rato.

Al otro lado de nosotras

el día nunca muere.

Doris Kareva

Traducción del inglés al castellano; Jonio González


Mi relación con Kafka se debate entre el horror y el desasosiego, que me produjo en mi juventud leer “La metamorfósis” y el extraño placer de leer su cuento “El buitre” para mi clase Literatura Universal Contemporánea en la facultad, impartida por Mercedes Gómez del Manzano, la profesora a la que también le debo “Eros”, de Clara Janés. 

No me ha extrañado descubrir ahora la lectura de Kafka a partir de Foucault y su clarividencia en textos como “Las relaciones de poder penetran en los cuerpos”. Ni tampoco el interés de Judit Butler por los dibujos de Kafka y todos los problemas que acarreó su propiedad y su salida a la luz.

No deja de sorprender que la obra de Kafka podría haber sido quemada, y no en un campo de concentración, sino por las instrucciones de Kafka a Max Brod, el amigo al que regalaba las piedras que llevaba en sus bolsillos para tranquilizarse, y le decía que su amor por él era tan fuerte como ellas pero mucho mas grande.

Cuando Lola Vivas me propuso organizar una exposición para su espacio en el centenario de la muerte de Kafka, a partir de la “Carta al padre”, me puse a pensar en los artistas. Cuatro, me dijo. 

Tras algunas dudas, que una selección siempre exige, incluso en mis colectivas multitudinarias, me decidí por cuatro creadores cuya trayectoria rigurosa y comprometida sigo hace años: Pepe Domínguez, Mariana Laín, Florencia Kettner y Pepe Medina. A ellos les lancé la propuesta de enfrentarse a la obra de Kafka en lo que al final he dado en llamar “Cartas a Kafka”. Su acercamiento a una obra universal, que ha dado lugar al adjetivo “kafkiano” que todos conocemos y usamos. Recuerdo su eco en la voz de mi madre.

Kafka, una obra tan viva hoy en día, y parecía condenada a desaparecer. Pero él dió en nombrar el desasosiego del hombre contemporáneo, con Stefan Zweig o Virginia Woolf.

Jesús Gironés, 3 de junio de 2024, Pozuelo

 de Alarcón

Artistas invitados:

EL BUITRE

Franz Kafka 

Érase un buitre que me picoteaba los pies. Ya me había destrozado los zapatos y los calcetines, y ahora ya me picoteaba los pies. Siempre daba un picotazo, volaba en círculos inquietos alrededor y luego continuaba su obra. Llegó un señor, se quedó mirando un momento y me preguntó por qué aguantaba yo al buitre. -Estoy desamparado -le dije-; llegó y comenzó a darme picotazos; yo traté de espantarlo y hasta pensé torcerle el pescuezo, pero estos animales son muy salvajes y quería írseme a la cara. Decidí sacrificar mis pies; ahora casi me los ha destrozado. -No se deje sacrificar -dijo el señor-; basta un tiro y el buitre se terminó. -¿Cree usted? -pregunté-, ¿quiere ayudarme en este trance? -Con mucho gusto -dijo el señor-; sólo tengo ir a casa a buscar el revólver, ¿podrá usted aguantar media hora más? -No lo sé -respondí, y por un momento quedé rígido de dolor; luego añadí-: por favor, inténtelo de todas maneras. -Bien -respondió el señor-, voy a apurarme con mi revólver. El buitre había escuchado con calma nuestro diálogo, mirándonos al señor y a mí. De repente me di cuenta que había entendido todo; voló un poco, retrocedió para darse el impulso necesario, y como un atleta que arroja la jabalina ensartó el pico en mi boca, hasta el fondo. Al caer de espaldas sentí como me liberaban; que en mi sangre, que llenaba todas las profundidades y que rebasaba todos los límites, el buitre, inexorablemente, se ahogaría.










 






La inauguración:






















Críticas/opiniones: