Me gustó especialmente ir a la exposición de Ángel Orcajo (Madrid, 1934) en la Universidad de Álcalá, sede del Museo Luis González Robles.
El reencuentro con su obra me emocionó. Muy dado el pintor a las antológicas y retrospectivas, recuerdo especialmente la espectacular del Palacio de Carlos V en la Alhambra (2000) o la de la Casa das Artes de Vigo (1993).
Me sorprendió la atmósfera de unidad espiritual que se respiraba en la Sala del Colegio Mayor de San Ildefonso. Cuadros muy distintos, que alcanzaban una comunión inesperada para mí.
Era como si las propias obras establecieran una conexión espiritual entre ellas. Era el bosque de la pintura. Será que por fin he entrado en María Zambrano.
Y era como si el artista se hubiera sacado al niño que era y dijese, a sus 87 años: yo ya he trabajado bastante. Ahora os toca a vosotros. Y los cuadros, libres como nunca de épocas y formas reconocieran su espíritu común.
Orcajo entre sus hijos Pablo y Sonia.
Carlos y Belén, mis compañeros de viaje a Alcalá.
Dos maravillosos dibujos de Orcajo, adolescente, que nos dejaron maravillados.
Orcajo, fotografía de Luis Pérez-Mínguez.
Portada del catálogo de la exposición de Orcajo en el antiguo MEAC Museo Español de Arte Contemporáneo, 1980
"Cabeza Urbana", de Orcajo. Actualmente en la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. CC Conde Duque, Portada de la revista Triunfo. Marzo de 1981.
Suso Sáiz, Música Esporádica, 1995, Nuevos Medios. Portada Orcajo.
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