miércoles, 13 de diciembre de 2023

El ahogo del tiempo

 



Así de simple: reposemos juntos,

(...)

y hoy no nos turba el  ahogo del tiempo.


Miquel Martí i Pol

Amada Marta


El corazón tarda en brotar. Entre la arena, frente al mar se pierde la memoria. Nace un deseo extraño. La playa es un inmenso reloj de arena sin tiempo, en el que se adivina otra vida. Más cercana al sueño quizá. Otra memoria surge entonces, nostalgia que se deshace entre lágrimas que no hemos derramado. La luz que no nos ha iluminado se ofrece aquí como una diosa milenaria, que promete todo  a todos, y por eso es extraordinaria como una vida por vivir. El amor se deshace como la arena. El corazón en la playa apenas se reconoce todavía. Un cuerpo, un cuerpo en el que reconocerse. El brillo del mar ya es apenas luz que quema. Te duele no haber construido nada. Confórmate.



***



Hay un límite

Incrustado dentro

de almas y cuerpos


Su tensión imperceptible

ata la carne hasta amoratarla

a veces estalla en sangre

otras, en silencio



***



Los cuerpos dejan de hablar

ya no hay lugar para ellos

Un territorio desconocido

la nieve anestesia el dolor

o lo hace más puro

permite soñar que la vida es posible

aunque no se vislumbre


Qué cicatriz tan hermosa:

Aquí yace aquel a quién tanto amamos,

el que queremos resucitar a pesar de todo



***



hombre amanecer te he amado



***



Todas las flechas estallan

como fuegos artificiales

en el corazón


Es el tiempo del amor

Temblad


Importa ahora

amordazarse y olvidar



***



El mundo que rocé

hoy ya su forma es

esqueleto de la memoria


Qué te digo para que sepas

lo frágiles que eran los sueños

en aquella alegría primera.



***



Reconocedme

yo quiero ser otro


Que contra lo negado

florezca vida



***



Desvestido

un cuerpo distinto

una piel nueva


dentro, heridas

como peces



***



Los cuerpos son como miel

el corazón se deshace

en palabras y sueños


los amigos

los besos

los cuerpos

son como miel


y luego


nada


la soledad

y la memoria



***



Miel es mi memoria

de espinas

tu voz tan suave

como un cuerpo

que nunca es

y yo lo añoro tanto

pero la vida sigue

 

el amor es una cascada

la de nuestra propia ignorancia

la de nuestro dolor


te amo tanto



que ya siento mi cuerpo

como nube que se va







Cuadernillo para el Libro Objeto S.T. "EL TIEMPO"

Diciembre 2003









martes, 12 de diciembre de 2023

Los últimos derrumbes

 


La artista María Ferrero sintió la necesidad de fotografiar las últimas ruinas de un Pozuelo que estaba condenado hace mucho a desaparecer. Algunos, los menos, sentirán nostalgia de un tiempo que se había detenido e importaba a muy pocos. Apenas la crónica de un derrumbe.


Habla el pozuelero Santiago Auserón a propósito de Semilla del Son de “esa especie de melancolía a la que nos aboca la desaparición de las cosas”. Y eso siento yo al pensar en los últimos derrumbes del Pozuelo de La Poza: el taller de Fernando Luengos, el bar restaurante en que algunas veces comí con él, los desguaces, talleres… Aquellas naves y calles algo fantasmagóricas, donde tiene su cabecera el 656 y que ahora intento recordar en las fotografías de la artista María Ferrero.

Los últimos restos de una de las partes más humildes y proletarias del pueblo que se resistía a ser engullido por la ciudad. Recuerdo en los setenta, al principio de venir a vivir, los veranos en que se cortaba el agua y había que bajar con garrafas a La Poza. Recuerdo aperitivos, comidas y tardes de tapas y cervezas; las visitas al taller de Fernando, la herrería convertida en el taller del escultor; la casa a la que acompañé alguna noche a Marcos Picazo. La mayoría de las historias del barrio me las contaba Enrique Sánchez Leal, que se las conocía todas.

Últimamente miraba más desde enfrente, que el autobús ahora lo cojo poco. Ahora se hablaba más de José Mercé, que se había hecho pozuelero, y tenía rincón fijo en los hermanos. Ya le había dicho a Martín-Crespo tiempo atrás: -Alcalde, búscame una casa en tu pueblo, que aquí se tiene que vivir bien…

Las fotos de María Ferrero dan testimonio de un no lugar. Ya nada quedará, los nuevos edificios empezarán a construirse. La nueva ciudad que hace mucho comenzó a ser Pozuelo traerá diferentes vecinos que poco querrán saber. Nuevas vidas comenzarán bajo el mismo cielo. Quizá los antiguos lavaderos sean por fin rehabilitados dignamente, y los vecinos harán alguna excursión, y los niños se sorprenderán tanto que hubiese un tiempo sin lavadoras, como se asombran al descubrir que la leche no viene del tetra-brick, sino de las vacas.

María Ferrero sintió la necesidad de ser testigo. Salir de su estudio, con nocturnidad y lealtad. ¿Para qué sirve la fotografía, el arte, el testimonio? Las últimas sombras, las ruinas de un Pozuelo que ya hace tiempo que no existía, excepto para la especulación inmobiliaria. Si no se salvaron los elegantes hoteles y fincas de veraneo, no lo iba a hacer una de las zonas humildes. De fondo, la agonía de algunas familias que no fueron previsoras, que creyeron que todo seguiría igual para siempre.

La nueva ciudad crecerá entre los escombros.

“A mi me lleva el aire siempre a tu vera, siempre a tu vera… Con lo que te quiero yo”, canta José Mercé de fondo, mientras miro los derrumbes y me despido. Han quedado los árboles, lo que no deja de ser maravilloso.

Jesús Gironés


Texto publicado en La Voz de Pozuelo, 12 de diciembre 2019

La Voz de Pozuelo






Fotografías: María Ferrero

María Ferrero

El Foro en Arriaza 11: la inauguración.

 



lunes, 30 de octubre de 2023

EL FORO DE POZUELO EN ARRIAZA 11

 


En 2023 El Foro de Pozuelo hubiese cumplido 45 años.
Un sueño colectivo que realizó su última exposición en el viejo edificio de Juan XXIII en noviembre de 2015.
La exposición de Le Frere “Piedra, papel, tijera”, se clausura el 29 de enero de 2016 y se convierte inesperadamente en el último acto artístico, que acabó con una performance especial para la ocasión.
Desde su puesta en funcionamiento en 1978, El Foro de Pozuelo fue un centro pionero, que supo vincular a artistas y otras actividades a sus proyectos: tertulias, conferencias, coloquios, teatro, videoarte...
Para la exposición de Arriaza he seleccionado entre los artistas que hicieron una individual a partir de los 90, casi todos entre 1995 y 2015, con algunos otros que se implicaron especialmente en algún momento, e incluso la artista que entró el último día de la última expo en el viejo edificio. El eje 1995/2015 se iniciaría con la individual que hace David Trullo, que significa un cambio en la linea de exposiciones, en lo que a mí respecta como responsable.
No han cabido todos los artistas posibles; por falta de tiempo, por olvido, por distancia… pero los que están reflejan perfectamente el espíritu de nuestras salas de exposiciones.
Sin duda, el desembarco de El Foro en Arriaza 11 tiene mucho que ver con las muestras colectivas que iniciamos en 1999 con “Simone de Beauvoir dice: me gustan los chicos y las chicas independiente del sexo que sean”, y se cerró con “Garbo, Dietrich...y Katherine Hepburn”. No quiero olvidar nuestros homenajes a Gloria Fuertes, Emilio Sanz de Soto, Pablo Pérez-Mínguez o Luis Cernuda.
O de aquellas colectivas, como el “Homenaje a José Luis Aranguren” que organizó Orcajo a mediados de los ochenta y reunió desde Gordillo, Amalia Avia, Pepe Caballero o Genovés a Soledad Sevilla, Alcaín, Amadeo Gabino, Diego Moya, Waldo Balart o Lucio Muñoz.
Una exposición que podría hablar de lo perdido, pero que quiere ser, una vez mas, una celebración del arte y los artistas.

Jesús Gironés

Mi agradecimiento, por su generosidad y cariño a Roberto González Fernández y Javier Mazorra.
Y a los artistas, siempre

Montaje: @Studiorgf-arriaza11

EL FORO en ARRIAZA 11
19 de octubre al 11 de noviembre de 2023
Jueves y viernes de 19 a 21 h.
Sábados de 12 a 14

EL FORODE POZUELO EN ARRIAZA 11

A Dafne Artigot. Orkatz Arriaga. Eduardo Alvarado.
Antonio Alvarado. Iván Araujo 
B Cecilia Bergamín. Soledad Barbadillo. Agar Blasco. 
Angiola Bonanni. Flavia Bernar 
C Nacho Casares. César Calafate. Alberto Chinchón. 
D Pepe Domínguez. Ismael DeLarge. David Díez 
F Le Frere. Óscar Fuster. María Ferrero. Malena G. Fridman 
Ana Fernández Calvo. Fernando Fragua
G María Gimeno. Germán Gómez. Carles Gelabert. Juan Gómez. Javier Gerada. Rodrigo García Olza. 
David Gómez Blaya. 
Miguel Gabán. Santi Gabán. Rosa Guerrero Bettina Geisselmann 
H Eva Hiernaux 
I Rosa Ibañez 
K Florencia Kettner 
L Mariana Laín. Lucía Loren. Patricia López Landabaso 
M Guillermo Martín Bermejo. Helena MacLean. Mapy DH.  Cristina Márquez Berrocal. Almudena Mora. María Jesús Manzanares Serrano.
N Pedro Nuñez
P Loreto Pozuelo. Manuel Pérez-Mínguez. Carmen Pastrana
R Mila Rodero. Inma Rosillo. Diego de los Reyes.
Almudena Rodríguez. Marta Romo Donaire. Óscar Rivilla 
S Manuel Sánchez-Algora. Pablo Sola. Carlos Sánchez.
Isa Soler. Mónica Sotos 
T David Trullo. Leo Tortul 
V Olimpia Velasco. Lola Vivas.
Antonia Valero
Y Juan Yagüe
Z Pati Zoto





lunes, 28 de agosto de 2023

TADEUSZ ROZEWICZ y PETER ORLOVSKY. Dos poemas.

 




TADEUSZ ROZEWICZ: LA ESPINA

no creo
no creo desde que abro los ojos
hasta cerrarlos
no creo desde una orilla
hasta la otra
de mi vida
no creo
con la misma profundidad
con que mi madre
creía
no creo
al comer pan
al beber agua
al amar un cuerpo
no creo
en sus templos
en sus curas en sus signos
no creo al pasar por la calle de una ciudad
por el campo
bajo la lluvia
en el aire
en el resplandor
de la anunciación
leo sus parábolas
sencillas como una espiga de trigo
y evoco a un dios
que no sabía reír
pienso
en un dios
pequeño y sangrante
que yace
en los blancos lienzos de la infancia
pienso
en una espina que desgarra
nuestros ojos nuestras bocas
ahora
y en la hora de la muerte








PETER ORLOVSKY: & EL TÉ PARECERÁ DORADO
Oh, oh, mamá adónde has ido
qué hiciste con tu llanto humano
el vino que bebiste cuando yo tenía 14 años
te golpeaste la cabeza contra el suelo
yo estaba muy cerca, mirando
lo que más recuerdo son las lágrimas
los gritos olvidados, mi edad desapareció
quería que parases, incluso me enojé contigo
por golpearte tanto
así que te tumbé en la cama pero me besaste buenas noches
la noche ha hecho bailar tu cabeza
cigarrillo cenizas secan tus lágrimas
ahora soy mayor podría pasar un brazo por tus hombros si fueras a
llorar de nuevo por lo tanto, Ma, llora como solías
atravesemos esa tristeza de nuevo, más dolor Ma
& después tendremos una larga conversación & el té parecerá dorado
& otra vez nos daremos palmaditas en el vientre & uno al otro nos haremos cosquillas en los pies...



(I)

En "Poesía polaca contemporánea", Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, 2008. Selección, traducción y notas de Krystyna Rodowska. Véase también Tadeusz Rozewicz,"Poesía abierta", La Poesía Señor Hidalgo, Madrid, 2003. Prólogo y traducción de Fernando Presa González.


(II)
En "Clean Asshole Poems & Smiling Vegetable Songs",City Lights Books, San Francisco, 1978. Versión de J.G. En la imagen, Peter Orlovsky (Nueva York, Estados Unidos, 1933-Williston, Estados Unidos, 2010) por John Sasgard, 2006.

& THE TEA WILL SEEM GOLDEN
Oh, Oh mama whare did you go
what did you do with your human cry
the wine you drank when I was 14-teen
you beat your head on the grownd
I stood near by watching this
its the tears I remember most
the yells forgotten, my age disappeared
I wanted you to stop, I even got mad at you
for banging your self so
So I through you in bed but you kissed me good night
night has made lonely dances in your head
cigrette ashes dry up your tears
I’m older now I could put my arm around you if you were to
cry again So Ma cry like you used to
lets go thro that sadness again, more agoney Ma
& then we’ll have a long talk afterwards & the tea will seem golden
& we’ll pat bellies again & tickle each others feet –


La imagen: Tadeusz Rozewicz (Radomsko, Polonia, 1921-Wroclaw, Polonia, 2014) por Ela Lempp.

Poemas del muro de Facebook de Jonio González.
Con mi gratitud de siempre.

viernes, 14 de julio de 2023

HABLO CON GLORIA FUERTES FRENTE AL WASHINGTON BRIDGE

 



HABLO CON GLORIA FUERTES FRENTE AL WASHINGTON BRIDGE

Pasea con el luto de viuda de sí misma,
payasa, miliciana,
entre los arces plateados de New Jersey
(o tal vez sean pinos, encinas, jaras y retamas
de Chozas de Sierra... Yo ya no sé).
La navaja del río corta pan y tomate
de la tarde que se evapora.
Don Gil, Jilguero de las calzas verdes,
asado con madera del cajón de la portería,
miraba compasivo
cómo acunan tus brazos esqueléticos,
mientras dan de mamar a la guerra de nunca,
teta arrugada, guerra guerreada,
y todo lo demás.
Y todo blanco y negro. Y desvaído.
Un hombre levantaba su cabeza de ortiga
en el menesteroso anochecer.
Mendigos con fusiles (que yo los vi pasar
porque tú los mirabas).
Y niños muertos que esquivabas para no pisarlos
en la calle de Atocha
(nunca los vi ni quise verlos),
y aquel puente estrechísimo que no es el más con más
de Nueva York, sino de nieve y de cellisca,
(yo lo he visto, y lo veo, y seguiré viéndolo,
con las mujeres de ébano y marfil arrugado,
porque era entonces todo blanco y negro).
Y ahora vuelve sin Filis, cabalgando su cáncer,
¡hasta mañana, Filis!
Más tarde, en tu memoria cristalizaban sombras,
entre los rascacielos de acero y miel:
sombras de mondas de patatas
que has olvidado, pues no quieres morir,
no queremos morir,
y fachadas de catedrales bordadas de palomas,
y que mañana no será otro día,
y otra sombra resbalando sobre una lágrima,
enhebrando una aguja, zurciendo una bufanda
a la sombra de una lenteja.
JOSÉ HIERRO
Cuaderno de Nueva York.






Gloria Fuertes y Phyllis Turnbull

Ana Marzoa





ASIA MARTÍN (Realización, vídeo, montaje y fotografías) JUAN ANTONIO CARBAJO (Guion y redacción) Ana Marzoa, nieta de inmigrantes de Sada (A Coruña) y Pontevedra, lleva 51 años en España, un país que hizo suyo inmediatamente porque no necesariamente se es de donde se nace, piensa convencida. De Buenos Aires le quedan los recuerdos de una infancia en la que muy pronto se topó con su vocación. Fue a los 7 años, deslumbrada por un disco de los Nocturnos de Chopin que llegó a casa bajo el brazo de su padre, sastre. “Sentí una emoción tan grande, fue una conmoción. Hay nació”. Años después, ya convertida en actriz, la casa familiar sería el escenario de lo que ella considera su lección magistral. Su madre, Emma, y su tía Sofia bailando un tango de Osvaldo Pugliese “con los ojos cerrados, como si fueran las jovencitas de antaño. En ese baile estaba toda su vida, lo que habían sido y lo que pudieron ser. Bailaban para ellas, no para los demás, que es lo que tiene que hacer un actor. Y dije: es una lección magistral”.





martes, 7 de marzo de 2023

Orkatz Arriaga Magunacelaya. Una fotografía.

 



Descenso al sótano.

"La escalera que va al sótano se baja siempre. La escalera que va al desván se sube siempre".

Gaston Bachelard, La poética del espacio.


Orkatz web

Orkatz instagram


sábado, 4 de marzo de 2023

 

OLGA VOTSI: DE LAS FUENTES

Todos quieren beber de las fuentes.
Uno empuja al otro al abismo
y el ansia secreta brilla como un cuchillo en la noche.
Todos han arrojado
a los pozos a alguien vivo
y han tapado con las manos el horror.
Deseos intactos que no salen a la luz.
Sólo el sueño libera la boca
y escuchamos los ladridos del bosque,
nos detenemos en sus lindes
y temblamos.







Fotografía: Eki Gracia
Traducción de Horacio Castillo en "Poesía griega moderna", Vinciguerra, Buenos Aires, 1997. Olga Votsi (Όλγα Βότση, El Pireo, Grecia, 1922-Atenas, Grecia, 1998 / Vigla)
A través de Jonio González

viernes, 3 de marzo de 2023

ÁNGEL VÁZQUEZ/ La vida perra de Juanita Narboni

 En setiembre de 2016, publiqué una entrada sobre los 40 años de La vida perra de Juanita Narboni, la novela de Ángel Vázquez. Contaba como Emilio Sanz de Soto me habló de ella nada más conocerle, y al leerla quedé fascinado.


Hoy, sin querer he borrado la entrada, pero todos salimos ganando al reproducir este excelente texto.





LA VIDA PERRA DE ÁNGEL VÁZQUEZ MOLINA, UN ESCRITOR MALDITO


Si hay algo que no mencionan las guías de Tánger es que La vida perra de Juanita Narboni, obra cumbre del hispano-tangerino Vázquez Molina, es una de las mejores  y más originales novelas de la literatura castellana del siglo XX. Tampoco lo dicen las antologías al uso, y menos aún es citada desde las cátedras de literatura. ¿Tal vez porque su autor ni fue prolífico, ni perteneció al parnaso de las letras hispanas?, ¿porque la novela admite lecturas trasgresoras, desde lo marica, hasta lo bollo, pasando por lo transexual?, ¿o quizás porque su autor fue alcohólico y homosexual? Sea como fuere, Vázquez Molina, considerado como el último escritor maldito de las letras castellanas, construye en su novela un alegato original y bizarro cuya última adaptación a la pantalla, de la mano de Farida Benlyazid, consiguió hacerla popular entre el gran público.



ESA PUTA LLAMADA TÁNGER


Tánger colonial, cosmopolita y seductor. Tierra de nadie y de todos a la vez,  engañosa 'ciudad-mujer'. Escenario que Michael Curtiz plasmara en su filme Casablanca. Personajes del mundo anglosajón, como los Bowles, habían desembarcado en aquella ciudad de las mil y una noches para pasar unas horas, y se quedaron a vivir en ella medio siglo casi. También allí, un joven Delacroix descubriría la luz, mucho antes de que Matisse se perdiera absorto entre el laberinto multicolor de su vieja medina. Y de que Truman CapoteJean GenetTennessee Williams William Borroughs transitaran las esquinas de aquella urbe decadente en busca de chicos y de hachís. 


De Tánger surgieron escritores e intelectuales españoles importantes, como Plácido Fernández, Emilio Sanz de Soto o Carlos Sáenz de Tejada. También García LorcaJacinto BenaventeRafael AlbertiVicente AleixandreLuis CernudaJuan Goytisolo Carmen Laforet quedaron enganchados a ella durante las  temporadas más o menos prolongadas que pasaron allí.


En aquella misma puta llamada Tánger (como la nombraba cariñosamente el mismo creador de Juanita Narboni), vieja ciudad atestada de rameras, homosexuales, drogadictos y artistas expatriados, Ángel Vázquez Molina, entre faldas y sombreros, abría sus ojos al mundo la noche del 3 de junio de 1929.



ENTRE FALDAS Y SOMBREROS

Ángel  -su verdadero nombre, Antonio, le recordaba al de un torero- había sufrido ya desde la cuna misma el maltrato violento de su padre, Álvaro Vázquez, hombre de oscuro pasado, malagueño probablemente, que le abandonó de pequeño al único cuidado de su madre, Mariquita Molina, nacida en Jubrique (Málaga) en 1899. Desde su infancia, Ángel se refugia en un mundo profundamente femenino, a las faldas de su madre, dueña de una sombrerería muy famosa en la medina de Tánger. El mundo de los chismes de las clientas, chapurreando la yaquetía, extraña jerga de los sefardíes tangerinos. Vivencias juveniles que le convierten en un niño tímido, introvertido y solitario y le empujan a la literatura como bastión contra su soledad. Ese mundo interior al que más tarde se referirá como sus “habitaciones privadas.”


Tras estudiar en tres colegios distintos (italiano, francés y español), a los 18 años Ángel cuelga los libros para ayudar económicamente a su madre. Va de un empleo en otro, como oficinista, vendedor de librería, colaborador ocasional del diario España, o secretario de un bufete jurídico. En sus ratos libres, devora incansable toda clase de libros, mientras surge en él una irrefrenable necesidad de expresarse por escrito. Así transcurre su vida, entre bares, garitos y bibliotecas, que le permiten evadirse de su asfixiante realidad personal.


A Ángel Vázquez tan pronto se le ve asiduo de los cócteles más glamurosos, ofrecidos por Barbara Hutton o sus amigos Paul Jane Bowles, como frecuentando los lugares más apartados de la noche tangerina. Su afición a la bebida y a los tugurios le acercó a otros hombres que también buscaban amores prohibidos y fugaces, como el caso de William Borrough, con quien compartió más de una barra en los garitos de Tánger.




SE ENCIENDE UNA LUZ

Su precariedad económica se agrava conforme avanza la inminente independencia de Marruecos. Con sus escasos recursos apenas si llega a fin de mes. Tampoco puede abandonar Tánger, ya que de él depende su abuela, ya muy anciana, y su madre enferma. En ese angustioso trance surge su primera novela, de título premonitorio, Se enciende y se apaga una luz, cuya técnica narrativa tanto debe a Virginia Wolf, y ambientada en Tánger. Con ella consigue el Premio Planeta  en el año 1962, un hecho que le anima a seguir escribiendo y le ayuda a tapar algunos agujeros, para sumergirle de nuevo en la vida hermética de siempre. 


Dos años más tarde escribe por encargo su segunda novela, Fiesta para una mujer sola (1964), una obra insuficientemente conocida y valorada, cuya modernidad sigue asombrando a día de hoy. En la novela, boicoteada en la Feria del Libro por la censura franquista, con la connivencia de la crítica, aparece reflejada la contraposición entre aquella rancia España de pandereta, nacionalcatólica y recatada, frente al Tánger multirracial y multicolor, donde el hedonismo y  el amor libre eran moneda corriente. Como afirma su editora Sonia García Soubriet, se trata de “una novela injustamente olvidada que nos descubre una nueva faceta de un escritor y de un mundo que nadie mejor que él nos supo contar”.


Para entonces ya había muerto su abuela y su enferma madre no tardaría mucho en seguirle los pasos. En 1965, acogiéndose a las ayudas del gobierno español, abandona definitivamente Tánger, que ya había dejado de ser aquella ciudad de película. Deambula por distintos lugares de la Piel de Toro -trabaja, por ejemplo, en el censo municipal del pueblo malagueño de Jubrique, que recientemente le declaró hijo adoptivo-, hasta recalar en Madrid, donde le esperan muchos de sus viejos amigos de juventud, como Pilar Eduardo Haro Tecglen, su fiel Antonio Sánchez o el imborrable Emilio Sanz de Soto.


Desarraigado y falto de iniciativa, su vida en la capital oscila precaria de empleo en empleo, de pensión en pensión, de garito en garito... En 1976 escribe su tercera y última novela, La vida perra de Juanita Narboni, que, pese a haber sido seleccionada para el Premio de la Crítica del año 1977, pasa por los anaqueles de las librerías sin pena ni gloria, editada primero por Planeta y reeditada por Seix Barral. Habría que esperar a 1990 para verla recuperada por Virginia Trueba en su excelente edición crítica, publicada por Cátedra.



SE APAGA UNA LUZ

Ángel Vázquez fue un escritor autodidacta y marginal. Novelista genuino y peculiar, a pesar de lo exiguo de su obra, centrada en sus tres novelas ya aludidas, fue además autor de nueve cuentos y una obra dramática inacabada, El verano de las lechuzas (1962). Su novela breve El cuarto de los niños quedó finalista del Premio Sésamo de Novela Corta, en el año 1956.


Los últimos años los pasa Ángel en una casa de huéspedes madrileña, en el número 98 de la calle de Atocha, a la que solía referirse como “la mansión de Drácula”.  Alcohólico, desahuciado y vitalmente acabado, sigue acudiendo a la escritura como último refugio, entre “infusiones de whisky o de tintorro”, según estuviera el bolsillo. Un ataque de corazón acaba con su vida, un 25 de febrero del año 1980. Horas antes, había quemado sus dos últimas novelas, que no llegó a concluir. 




Placa de reconocimiento, en la calle Atocha 98, donde murió.



EL LENGUAJE SINGULAR DE JUANITA NARBONI


La vida perra de Juanita Narboni es una novela sorprendente, estructurada sobre un monólogo lleno de crispación y de amargura, que gravita en tres pilares: el lenguaje tangerino, la vida en el Tánger liberal premarroquí y el universo femenino de la protagonista. Así, Vázquez Molina construye un testimonio impagable sobre el fin de una época: la ineludible y progresiva marroquización de Tánger y la consiguiente diáspora de las familias judías tangerinas, que junto a sus negocios, llevan consigo su peculiar lenguaje, la yaquetía haquetía, ese extraño castellano con mezcla de hebreo y árabe. La novela  constituye así, además, un documento filológico excepcional y de impagable valor.


Juanita, al igual que el mismo Vázquez Molina, se mueve dentro de un universo poliédrico, multifacético, como una hidra emocional en la que todos y todas podemos vernos reflejados. La Juanita quejumbrosa de su hermana (la moderna, la guarra). Juanita la frustrada sexualmente, quejándose de su Adolfito, que la dejó plantada por Pepe el Bombero. La procaz y deslenguada Juanita, la solterona, con sus manías y continuas borracheras, la que aguanta impasible su fiel criada Hamruch. Juanita la políglota, o mejor, la multilingüe, hablando su jerga personal mezcla de andaluz, jaquetía, francés y llanito (ingles gibraltareño).


Las dos versiones cinematográficas que ha tenido la novela, una española de Javier Aguirre, con el título de Vida perra (1982) y la actuación de Esperanza Roy, y la más reciente, hispano-marroquí, en 2005, de la directora Farida Benlyazid, han contribuido, sin duda, a popularizarla cara al público, aunque ninguna de ellas llegue a reflejar toda la enjundia que contiene la novela original.


UN ALMA KAFKIANA


Ángel Vázquez podría haber sido un personaje de Kafka. Desarraigado del mundo exterior y de su propio mundo, al que detestaba y temía, buscó su refugio en la bebida y las drogas, que le hacían olvidar su constante sinvivir. En el año 1966 escribe a su amigo Emilio Sanz de Soto, a quien abre su alma desgarrada: “Yo también soy un corrompido. Sin fe en Dios, egoísta y sin ninguna confianza en mí mismo. Homosexual, alcohólico, drogado, cleptómano...” Tan sólo en algunos momentos gloriosos la literatura lograba sacar de él todo cuanto de bueno atesoraba su interior, y lo hacía de una manera natural, casi sin proponérselo. Por eso fue un escritor tan poco habitual, tan escaso, tan marginal, tan desconocido a fin de cuentas...


En el prólogo de su antología de cuentos, Ángel Vázquez expresa con humor cómo el destino le había jugado una mala pasada desde el mismo momento en que sus ojos se abrieron al mundo, condicionando de alguna manera su apego al alcohol. Su nacimiento prematuro se produjo mientras que la madre de Ángel asistía a una fiesta. La anfitriona, madame Brusson, la emborrachó con champán como anestesia improvisada en el parto. Además, una negra de Larache tuvo que amamantarle durante las primeras semanas, dado que la Sombrerera no podía darle el pecho en condiciones. 


Ángel era homosexual y nunca lo ocultó. Pero tampoco le gustaba su manera de actuar. Tuvo muchos encuentros efímeros, pero ningún amor correspondido. Atrapado en las redes de la prostitución masculina, solía frecuentar los garitos sórdidos y tabernas de mala muerte. Nunca hizo alarde de su inclinación, tal vez porque detestaba la manera de ejercitarla. En una ocasión, envió a su amiga y confidente Jane Bowles la única confesión escrita que tenemos de él sobre la clase de hombres que le gustaban: "Odio a los efebos de esta playa de Tánger, al que el rico turismo anglosajón ha convertido en un prostíbulo dorado y al aire libre. Lo mío son los militares ya maduros y sin graduación, los curas a la española, barrigudos y catetos, y los que riegan las calles de noche encapuchados en sus uniformes amarillos".



Con Emilio Sanz de Soto



HABITACIONES PRIVADAS


Posiblemente Ángel nunca llegó a creerse del todo sus posibilidades como escritor. Él mismo solía decir con ironía que era incapaz de hacer literatura social por ser un hombre pobre, ya que la sociología sólo le interesa a los burgueses. Fue su amiga Jane Bowles, quien compartía con él sentimientos e inquietudes, la primera persona que le convenció de su talento y le animó a tomarse en serio su oficio de escritor. También creyeron en él otros amigos y colegas, como Carmen Laforet, Eduardo Haro o Emilio Sanz de Soto. 


Injustamente olvidado, tras varias décadas, con este sencillo homenaje a su memoria queremos poner nuestro peculiar grano de arena en esa playa de soledades por la que tropezaron los pies descalzos de sus Juanita Narboni, Cristina y otros personajes femeninos inventados por él. A través de todas ellas, Ángel plasmó de una forma singular, valiente y controvertida sus inquietudes, frustraciones y vivencias en un mundo a punto de extinguirse.


Sólo por eso vale la pena recordar y leer a Ángel Vázquez Molina, el último maldito de las letras hispánicas.


A Mariano, amante de hombres y tabernas, 
con mi recuerdo y eterno cariño.



LA VIDA PERRA DE ÁNGEL VÁZQUEZ MOLINA, UN ESCRITOR MALDITO




LA VIDA PERRA/ UN DOCUMENTAL SOBRE ÁNGEL VÁZQUEZ


https://encuentrosconlasletras.blogspot.com/2006/11/la-vida-perra-de-juanita-narboni.html