miércoles, 4 de noviembre de 2015



Amados míos

COLECCIÓN JESÚS GIRONÉS


Parte de una vida... Aquel joven que conoció la fama a finales de los ochenta
-solo había dos cadenas de televisión-, estuvo a punto de comprarse un grabado de Barceló, pero ¡ay! estaba agotado, y se conformó con el cartel -eso sí, firmado por el artista- que había editado la galería Juana de Aizpuru. Era el año 1984.

Una colección que es como un álbum de fotografías, un recuerdo de momentos compartidos, que por supuesto ya no volverán. Cada obra refleja una inquietud común, una exposición, un capricho, un destello, una coincidencia, una confidencia, diálogo. Pasión y emoción. Arrebato. Sorpresa. Un guiño. Palabras.

Es, también, un mapa de artistas. De las distintas formas de ver el arte, de reinterpretarlo.

Mi vida y mi labor son pozueleras, desde que a los diez años vinimos a vivir aquí, siempre mirando a Madrid. En las páginas de La Voz de Pozuelo, La Atalaya de Pozuelo o el digital Diario de Pozuelo. Y desde El Foro, que mantiene abierta ininterrumpidamente desde 1978, la sala de exposiciones que es ya la más antigua de la Comunidad de Madrid.

El título de la exposición es idea de David Trullo, volviendo de mi mítico Ortigosa de Cameros con Almudena Mora. Arte y vida, vida y amistad, que son el espíritu de la exposición.


Jesús Gironés
Pozuelo de Alarcón

Octubre de 2005

AMADOS MÍOS
Colección Jesús Gironés
Espacio Cultural MIRA
Pozuelo de Alarcón
5 al 30 de noviembre 2015


Durante años mi colaboración en La voz de Pozuelo, la publicación de referencia en la que quedó para la hemeroteca la evolución del pueblo que dejaba de ser el paraíso de la lombarda y se convertiría en el lugar elegido por las élites económicas para vivir. Al tradicional Somosaguas le salió su hermana mega, La Finca. Las estrellas ya no eran los toreros, sino los futbolistas.

Mi afición por el arte me llevó a eludir una entrevista con Ruiz Mateos –otra estrella mediática- que Jesús Mora me proponía insistentemente y comencé por escribir de Sánchez Leal, ese pintor de otro siglo, pero ¡tan vivo! Que salía con su caballete a pintar del natural e iba reflejando rincones de aquel tiempo en que esto era una mezcla de pueblo y ciudad dormitorio, que en el fondo lo sigue siendo.
Mi madre desayunaba asiduamente en La Aurora, y me decía: tienes que entrevistar a un pintor muy importante, que desayuno todos los días con él. Yo no le hacía caso, hasta que entrevisté a Orcajo, que exponía en el Museo Español de Arte Contemporáneo sus Laberintos Urbanos. Quedé deslumbrado por su obra, sentí la rareza de tener que digerir lo que estaba viendo, y me puse a la tarea.

Durante años sigo la evolución de este artista obsesionado… con pintar. Por cierto, que ha recorrido con su trabajo la evolución de la vida española desde los sesenta hasta hoy. Orcajo utilizó todas sus artes para que me incorporase a la junta directiva de El Foro cívico-cultural, que yo con el paso de los años he rebautizado como El Foro de Pozuelo. Este hecho probablemente ha supuesto la ruina de mi vida, pero ha tenido muchos alicientes. Ha sido como una terrible drogadicción, que perdura hasta hoy, y cada nueva inauguración hace que todo lo malo se olvide y siga empecinado, al borde del derrumbe continuo hasta llegar al definitivo.

Otro de los hechos fundamentales en mi vida artística, digamos, fue ver la exposición de Farreras en la fallecida galería Detursa. En esa época recorría galería tras galería madrileña buscando el éxtasis. Y con Farreras lo encontré. Me sentí como en una catedral. Publique una columna sobre mi experiencia, y cúal no sería mi sorpresa, cuando recibí una amable carta de ¡Farreras!.
Por aquellos tiempos empecé a entrevistar a los artistas en su estudio. Tuve la suerte de conocer a Ute Kadner, que sería –quizá con Emilio Sanz de Soto y Mario Merlino-, una de las personas fundamentales en mi vida. Jesús Mora me lo sugirió: ¿No conoces a una pintora alemana que siempre va a hacer dibujos en las corridas?. Mora me dejaba a mi libre albedrío, por eso nuestra relación duró tanto. Llamé al timbre de Valdenigriales
–por cierto, la casa de Ute la había ido viendo hacerse mientras iba al colegio caminando, sí, antes ibamos al colegio andando, excepto esos raros días en que nos llevaba nuestro padre- y me abrió alguien único. Ute, que tenía una casa sencilla, pero en la que se respiraba el esplendor del Dresde del XVIII, me sentó en su chaise-longue y me preparó el primer gintonic de mi vida. Así entré de lleno en su olimpo particular.

Poco después tuve otra de mis experiencias iniciáticas: conocer a Rinaldo Paluzzi, en su estudio de la carretera de Húmera. Paluzzi transmitía la magia de la creación en estado puro. Seducía naturalmente, quizá con la ingenuidad –pureza- del americano que descubre sus raíces italianas  y acaba enamorándose de España. A Paluzzi le debo el primer Jim Beam. Con él me sentí con un heredero de las vanguardias, espero que pronto tenga la exposición antológica que merece.
Pozuelo siguió creciendo, y yo también, aunque no me diese cuenta. Poco a poco comencé a planear yo solo las exposiciones de El Foro, y Ángel Orcajo fue ensimismándose más y más en su obra… Almudena Mora y David Trullo fueron los primeros artistas que consideré míos: es decir, que sus exposiciones individuales en El Foro fueron auténtica responsabilidad mía, mi apuesta. Y creo que no me equivoqué. Hablo de 1995.
Ya me veo en un futuro cercano, como un abuelito: “Yo conocí a Godard”, y menos mal que hay una fotografía. ¿Qué nos decía Godard? Sí, que lo importante era la continuidad en la ruptura. Quizá por eso siempre he intentado poner en contacto a artistas de distintas generaciones. Apostar por lo nuevo pero mirando a los que preceden. Otro de mis fracasos imagino, en tiempos en que la vertiginosa velocidad nos arrastra a lo nuevo inmisericordemente.

En Pozuelo hubo una vez un bar que acabó llamándose Barrio Séxamo. Era un bar más propio de Nueva York o Berlín, con el sello inconfundible de Pepe Domínguez, ese creador de mundos sutiles, que exploran en lo más oculto del ser humano, y que como tantos otros artistas tiene una vida económica paralela para sobrevivir. Por él conocí a los Sonic Youth o a Einstürzende Neubauten. Me acuerdo la alegría que me dió cuando eligieron su obra –puede verse ahora en el MIRA- para ilustrar el artículo de Babelia sobre una de las exposiciones que organizamos en la galería Carmen de la Guerra. Carmen –pozuelera de tradición- era un peligro, porque se me ocurría una idea, así como de pasada, y ella la ponía en práctica, sin encomendarse ni a dios ni al diablo. Me acuerdo el día que de su mano me vi entrevistando a Berlanga en el club siglo XXI, y la verdad es que es la mejor entrevista que le he hecho. Ese día Carmen llevaba los tacones de aguja perfectos, y Berlanga, feliz.

Hay dos obras sencillas que para mi son especialmente importantes. Un pequeño dibujo de Eugenio Granell, uno de los representantes de exilio español, que me regaló en una visita a su casa. Allí, en agradable tertulia, delante de un Picasso, un salón repleto de arte contemporáneo… O la litografía de Gregorio Prieto, que me compré en Valdepeñas, en su magnífico museo, que es de visita obligada. Gregorio Prieto, uno de los representantes pictóricos de la generación del 27 o de la República. Gregorio Prieto, el vanguardista, el clásico, el amigo de Luis Cernuda…
Estamos ante una colección vivida día día, obra a obra, que ha ido llenando mi casa, me acompaña y es parte de mi vida. Yo he ido creciendo con ella, atesorándola,y lo que me es importante, disfrutando de obras y de artistas muy diferentes. Siempre me ha sorprendido descubrir que artistas que yo admiraba no sentían especial devoción por la obra del otro. Me imagino que mi colección me ha permitido creerme que vivía como un noble arruinado entre las ruinas de mi inteligencia. Y vaya, no quería citar a Jaime Gil de Biedma..

Uno de los contrapuntos de “Amados míos” son las fotografías de tres clásicos españoles: Alfonso, Kaulak (Antonio Canóvas del Castillo) y A. Muro. La de Kaulak nos lleva a Alberta Martínez de la Riva, esa tía tatarabuela –por lo menos- que dedicó parte de su fortuna a crear un Asilo que acogiese a los ancianos y niños desvalidos en Ortigosa de Cameros, su pueblo natal. De su obra hay un dibujo de Lucas Faces, pintor cosmopolita, discípulo del padre de Picasso. Firmado en 1927. Una vez más, vida y arte entremezclados, enmarañados como no podía ser de otra manera. Un empeño, quizá exagerado, de los que pensamos que la vida debería tener más arte. El arte debería, mucho más, ser parte de nuestra vida. De la de todos.

Gracias de corazón, a todos, sobre todo a los que no nombro. Quizá estas palabras podrían ser el principio de un libro...















AMADOS MÍOS son:
A.Javier Arbizu.Pablo Álvarez de Toledo.Dafne Artigot.Eduardo Alvarado.Antonio Alvarado.Alfonso Arenas.Diego Alonso.Ángel Agrela. Alfonso.A. Alcaín y Orcajo.
B.Miquel Barceló.Cecilia Bergamín.Flavia Bernar.Ágar Blasco.Soledad Barbadillo.Mariajosé Bagazgoitia.Ascensión Biosca.Rosa Biadiu.Noni Benegas.C.Nacho Casares.Carlos Franco.Pilar Cavestany.César Calafate.Alberto Chinchón.Juan Calonje.Elías Cabrera.D.José Duarte.Pepe Domínguez.Ismael DeLarge.Héctor Delgado.Ëdouard Detaille.E.Óscar Estruga.Mesa Esteban Drake.Gudrun Ewert.Mareta Espinosa.F.Farreras.Óscar Fuster.Fátima Fortea.Alejandro Fernández-Arango.Fernando Fragua.Lucas Faces.G.Bettina Geisselmann.Eugenio Granell.Concha Gómez-Acebo.Roberto González Fernández.Gordillo.Rosa Guerrero.Juan Gómez.María Gimeno.Mercedes García-Agulló Lladó.Elvira Gutiérrez.Santi Gabán.Miguel Gabán.David Gómez Blaya.E. Gambart.H.Eva Hiernaux.Alberto Herrero.Vicky Herreros.Ricardo Horcajada..J.Concha Jérez.Miguel Jiménez San Juan.K.Ute Kadner.Kaulak.L.Ginés Liébana.Le Frere.Mariana Laín.Fernando Luengos.M.Almudena Mora.Irene Mohedano.Guillermo Martín Bermejo.Paz Muro.Alfredo Morte.Guillermo Mora.Pedro Maruna.Marín Talavera.Juanma Martín.Óscar Megía.Monir.Mapy DH.Óscar Manesi.Luis de la Mata Cid. A. Muro.N.Helmut Newton. Susan Nash. O.Orcajo.P.Paluzzi.Pablo Pérez-Mínguez.Loreto Pozuelo.Yolanda Pérez Herreras.Marita Pz.Victoria.Manuel Portera.Maribel Pena.Gregorio Prieto.R.Mila Rodero.Manuel Robledo.Inma Rosillo-Daoíz.Matilde Roca de Togores.RGF&DDT.S.Carolina Silva.José Luis Sánchez. Krum Stanoev.Enrique Sánchez Leal.Fernando Sacristán Larraya. Katarzyna Szyszko. ST LIBRO OBJETO 22 “A MARIO MERLINO”.T.David Trullo.José Trobo.Martín Toyé.V.Antonia Valero.Gustavo Vázquez.Agustín Valle.Lola Vivas.Antonio Ventura.Y.Juan Yagüe

miércoles, 26 de agosto de 2015

M. Cinta Montagut. Surcando el silencio



M Cinta Montagut: surcando el silencio.



No hay palabras para parar el tiempo
gota a gota escancia su veneno
en las venas del aire,
en miradas antiguas que se borran
en las voces que son murmullos huecos
que la memoria olvida.
Sus huellas en la arena
no las deshace ni el viento ni la lluvia.
En cada cuerpo permanece intacto
hasta el triunfo final de las cenizas.


Cenizas
M Cinta Montagut

colección eMe
dirigida por Nuria Ruiz de Viñaspre
Ediciones La Palma, Madrid 2015









lunes, 27 de julio de 2015

La puerta del horizonte

Recuerdo de la poeta Ángeles Navarro Guzmán


La puerta del horizonte, de Ángeles Navarro Guzmán



Este libro es un ritual de palabras: conocidas, acariciadas, enjugadas. Silencio, tiempo, sueño, mar, paisaje, ausencia... Tejer y destejerlas hasta el límite de lo cotidiano, hasta el límite de las fuerzas. El dolor, el anhelo de lo que no se puede decir, de lo que se atisba, se intuye, se crea: "El silencio/ nos permite dibujar/ de nuevo el mundo".
La voz de Ángeles Navarro Guzmán es de una fidelidad a sí misma sorprendente desde Mar en la sangre, publicado en 1975, al que han seguido A la sombra de la ciudad enamorada (1979, Endymion, editorial Ayuso) y El silencio de los días (1987, Endymion, editorial Ayuso). Y ahora, 22 años después,  de la mano de ediciones Vitrubio La puerta del horizonte, el libro que nos ocupa. Recuerdo que lo compré en la librería Rafael Alberti, camino de los cines Princesa para ver Los abrazos partidos, la espléndida película de Almodóvar. Y probablemente la película hubiese sido otra de no haberla visto después de haber devorado estos poemas. 
 "Si por azar el mar se funde/ en esta condena de escribir perpetua". Los asombrados ojos en la labor de transmitir un estado de ánimo esencial, un diálogo impúdico en su descarnada intimidad, pero a la vez dotado de un pudor inusual, en su integridad moral. Todo se corrompe, pero en la palabra podemos perseguir nuestra existencia, siendo en ella. Ser en lapalabra. Aunque el deseo sea la pregunta cuya respuesta nadie sabe. Y por eso acercar palabras como cuerpos, como si fuesen nuestro cuerpo.
"Iniciada la despedida/ porque es otro el tiempo que ahora anhelas/ destejes mi tiempo/ para liberar tus manos". De estos versos de su anterior libro a "Nada tendrás/ que te asegure mi recuerdo/ habrás de descubrir en el encuentro/ si la distancia transformó en cenizas/ los deseos esbozados en la noche/ o mantuvo latente el sueño incierto/ que navega la ausencia y lapalabra", hay todo un viaje en la propia poética y en la vida. En esa vida que no se cuenta pero que podemos descubrir en lanuestra. Otras claves que nos permiten entender nuestro propio camino: "Tiembla el paisaje/ y el cristal que lo descubre".

Me conmueven estos poemas que acaban en su tercera parte con unos "apuntes" sobre la fotografía de Chema Madoz. Me conmueve este libro con espinas de erizo o las plumas suaves y esponjosas de un búho. De la poeta de los ojos abiertos ala que se le habían marchitado todos los abrazos de la tierra...

Artículo escrito el 1 de julio de 2009.
La poesía completa de Ángeles Navarro Guzmán está reunida en "Mar en la sangre", editada por Vitruvio.
Ediciones Eila publicó "Hasta donde acaba la tarde".


 Ángeles Navarro Guzmán en el mercadillo de libros de la Asociación española de Mujeres Universitarias
 Nines Navarro Guzmán (Fotografía Eila Ediciones)
 Mar en la sangre, poesía completa de Ángeles Navarro Guzmán, ediciones Vitruvio
El primer libro que leí de Nines, en casa de Lola Crespo y Ricardo Navarro: "A la sombra de la ciudad enamorada".

lunes, 4 de mayo de 2015

Un poema carnívoro de Nuria Ruiz de Viñaspre

cuántas veces he saboreado tu carne
cuántas he mordido tu cadera
nunca tu lengua es cierto
tampoco tu víscera
he respetado corazón y alma
tus partes blandas -las más rojas-
pero eso sí, te he saboreado azul
he masticado tu carne y tu calma
para que entrara en mi boca el aire verde de tu alma
para llenarme con tu sexo de alfalfa y campo
dime  -cuántas veces he bebido de tus vacías ubres…
pero no sufras por ello
no tardarán en saborear la poca carne
que se pega a mi alargado hueso -la exaltada-
no temas tu venganza vendrá dada
en forma de negro pasto de gusanos


Nuria Ruiz de Viñaspre
de Tablas de carnicero (2010)
en DISIDENTES. Antología de poetas críticos españoles (1990-2014)






Imagen: Nuria Espert en "Viva la muerte", de Fernando Arrabal (1971)

miércoles, 22 de abril de 2015

Hotel París, un poema de Jesús Gironés

Hotel París


No me voy a detener en la tristeza
Ya no me crecerán alas
Ni podré besarte


Fuera, la lluvia
Dentro, el frío.


Escribir en los cuerpos 
es el lenguaje más difícil.


Jesús Gironés






(Hotel París es un poema incluido en la antología de poesía
Blanco Nuclear, coordinada por Luis Pino, para Ediciones Sial.
En el Hotel París celebraron mis padres su boda en 1960, aunque las razones del poema...)




jueves, 16 de abril de 2015

Recuerdos de Ortigosa de Cameros

(algún día tendré que escribir algo)



Mi madre dice: “Vámonos, pronto oscurecerá.
Se acerca ya nuestra segunda muerte,
son menos cada vez los que aún nos recuerdan”.

Joan Margarit
Hacia el crepúsculo,
en Todos los poemas: 1975-2012”, Austral, Barcelona, 2015.


 “Mi” Ortigosa mítica, que se nutre de los recuerdos de infancia -casi inconscientes, sensaciones-, los dos primeros años que fuimos con mi abuelo Eusebio... Los ritos, la sorpresa. Años después me contaría Esteban Pinillos que mi abuelo, cuando llegaba a Ortigosa “disfrutaba como un niño la mañana de reyes... “.
Ortigosa: la cocina de mi tía Petra, de la que me gustaría acordarme más. El pan frito para desayunar; los huevos para cenar, en aquellas cazuelitas blancas, con un filo azul y dos asas. Las sobadas, el brazo de gitano, la tarta de moka, los emparedados (rebozados). 
La morcilla dulce, el exótico caviar de mi infancia.
Como era el mayor, al llegar, mi abuelo me llevaba a la ronda de visitas. La tía Agus, Piedad, el tío Felix y la tía Felicitas. Luego me recuerdo yendo -yo solo- a ver a la tía Petra y la tía Pruden. Tocar el picaporte, esperar -se me hacía larga la espera hasta que aparecía la tía Pruden...
El mundo de mis tías abuelas: las Viniegras, las Loychates, las Hilarias, Tere Olmedo, Trini y Tiburcina... Sagrario, Piedad, Rafaela Vicente, que la tía Petra me mandaba a recoger el helado de leche merengada que le regalaba. Y también me acuerdo de los abuelos de Josito, Mamerta y Luis. 
Y de Inma, Cristina y Virginia.
Y de Leito, el asombro de que año tras año me reconociese por la voz: “Hola, Jesusito”. Y su bastón articulado,
Y el “Libro de Ortigosa”, con sus tapas duras. Me regalaron uno y me parecía un tesoro.
Ir con la tía Carmen a la fuente de San Antonio, que siempre recogía madreselvas y se las ponía al sagrado corazón -entronizado, decían-, que hay en casa...
Ir a las eras montados a caballo, y jugar entre la paja.  Solo fué una vez, pero ahí se quedó el recuerdo, como una fiesta irrepetible... O el miedo que me daba montar en el burro del tío Felix.
Me acuerdo del año que de los caños de la fuente de la plaza salía vino...
De cuando me contaban que Niceto Rubio era el padrino de la tía Carmen, y que una vez le dio una vuelta en avión,  la única que se atrevió de las hermanas...
De las excursiones que hacíamos, de coger manzanilla, de los caminos por los que no sabría volver. De las fresitas que crecían entre los helechos.
De lo misteriosa que me parecía la casa, sobre todo el payo, al que por supuesto no nos dejaban subir. 
De que la tía Petra me mandaba a la fuente de San Martín a por agua con una jarra, porque decía que sabía más buena.
De ir a tomar zurracapote, niños y mayores.
De las obras de teatro que hacíamos en casa de Nacho, y la leche condensada al baño María que llevaban para merendar. Y de la masa de pan que comprábamos en la panadería, para hacer investigaciones gastronómicas, que no había quién las comiese.
Del año que ardió el pajar de la tía Agus.
De María Gracia, todos los niños siguiéndola formando una cadena y cantando, -¿“Pase misì, pase misá”?- entrando y saliendo del casino...
De la matanza de un cerdo, en un portalón debajo de casa, el corte en el cuello, el cubo recogiendo la sangre, tan natural...
De las bromas que año tras año me gastaba Santi, el hijo de Antonia la Fontanera -no es que fuese fontanera, lo era su marido-, y yo, año tras año, caía.
De la tómbola, y sus sobrecitos azules, y que a veces te tocaba de premio bollitos de chorizo.
De las galletas ¿de nata, de mantequilla?, que hacía la tía Carmen, con forma de pájaro, flor... que años después las comí exactas en casa de Gudrun Ewert.
De las tertulias en casa de Piedad, lo bien que nos recibía siempre. Del jabato que un año tenían, ¡cómo corría, que velocidad! Y de contarnos que una de las puertas de la cocina era de la casa anterior de mís tías, que dejaron muchas cosas allí, que por qué lo harían.
De la primera vez que nos mandaron a la tienda de Mari Cruz: “¿De quién sois? No me lo digáis, colominitos, colominitos”.  Y parecerme mágico.
De las cabras, bajando cada una a su casa al anochecer..
Nada más llegar: los pájaros sobrevolando el puente, ¡tanta alegría!.

El preludio: Piqueras. La emoción desatada: al desviarnos en Villanueva.

















viernes, 10 de abril de 2015

La ceremonia de Eva Hiernaux
La artista Eva Hiernaux decide regalar sus obras y abre las puertas de su estudio.




  
tanto hablamos de desierto
que olvidamos cuando nuestra alma
era selva virgen

Eva Hiernaux
Cantos y secretos
en Ecuaciones de segundo grado
Miguel Ángel Bernat/ Eva Hiernaux
Ediciones El Torpe al Timón
Madrid 2013


Atravesamos una época de confusión extrema, de replanteamiento de valores y principios, de reordenamiento social, no exento de traumatismo, y los agentes tradicionales (encargados) de arrojar alguna luz sobre la humanidad, el pensamiento y el arte, ofuscados en el mismo fango provocado por el capitalismo post-industrial, instalándonos no solo en la penuria económica, sino más grave aún, en la penuria de la ideología y los valores.

Paul Virilio y Enrico Baj
“La cultura pop es una mierda”
Revista Replicante, febrero 2011




            Hace poco, nos sorprendía una extraña y feliz convocatoria por mail y facebook, recogida por IndieColors  también en la red: Eva Hiernaux convocaba en su estudio para que amigos e interesados se llevasen las obras que les placiese. Debo reconocer que no me sorprendió, o más bien lo acepté como algo tan normal o tan extraordinario como una tormenta o un espléndido día de sol. Convoqué a algunos amigos y un domingo por la mañana me encaminé al estudio, cuál ave de rapiña, debo reconocerlo. Iba poco místico al encuentro de las obras.
Reinaba un poco la avaricia y el desasosiego. Algo así como en los cuentos, cuando el rey arrojaba monedas de oro a la plebe, y se lanzan codiciosos. Recuerdo la sonrisa de Eva, como contrapunto. Y su serenidad. Cada uno íbamos encontrando nuestros tesoros y los acaparábamos, amorosamente glotones o luteranamente sobrios.
No sé por qué Eva regalaba sus cuadros, acaso era como la niña que regala sus juguetes. Yo recuerdo esas historias de niños que regalan sus juguetes, y el asombro de los mayores, que lo consienten como una excentricidad, que la edad curará.
Los niños que regalaban sus juguetes eran ricos, de familia con cierto acomodo, claro.
Intento acordarme de esas confusas historias que leí en mi infancia. Consigo recuperar una cierta atmósfera oscarwildiana o de cuento de Andersen. Pero quizá fuese más en clave Héctor Malot.

Eva ha sido una auténtica revolucionaria.
Ha roto con el rito que obliga a los artistas a comportarse según las leyes de un mercado que solo rige para unos pocos.
Es como si ante la sociedad que nos desagrada, nos empeñamos en mantener la actitud del famoso lord del anuncio, al que se le ha quemado el castillo pero se toma su  té en calma, quizá porque aún le queda el mayordomo. Por supuesto, es un comportamiento curioso, porque jamás tuvimos castillo, y lo que se nos quema es la vida.
Eva, disciplinada Eva, se ha cansado de ser una artista responsable. De seguir una carrera, de pintar y pintar, de hacer exposiciones como está mandado. De vender algún cuadro en cada exposición -me  sorprendió la actitud de sus coleccionistas en facebook, solo se sentían un poco dolidos porque ellos si habían comprado.. ellos no eran culpables del extraño comportamiento de Eva...
“Cansada de acumular”, creo que decía Eva...
En  lugar de acumular, compartir.
Es una pena que en el fondo vivamos en el guetto del arte.
El acto de Eva debería haber sido noticia de televisión: “Artista regala sus obras a quién las quiera”.

El acto de Eva nos recuerda que se pueden cambiar las cosas.


https://evahiernaux.wordpress.com/
El blog de Eva Hiernaux, imprecindible para conocer su trabajo.
Y también en La Aventura del Saber. Boek Visual:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-boek-visual-eva-hiernaux/2458147/

 Germinación 9
 Germinación 5
 El árbol de la esperanza. Mantente firme 1.
Lo que me hiere me salva.
 Nada en demasía.

Más madera, esto es la guerra.

viernes, 27 de marzo de 2015

Las relaciones de poder penetran en los cuerpos


Foucault, que había leído a Nietzsche, nos enseñó que “las relaciones de poder penetran en los cuerpos”. El cuerpo es ya  el campo de batalla que permite a los artistas también trabajar en el territorio privilegiado donde tiene lugar “el azar de la lucha”. El origen no es la perfección, se trata más bien de ver “lo que pasó en la dispersión que le es propia”.
El arte no son ferias y galerías. Es mucho más. Encontrar lugares de encuentro, volver a vivir la ciudad, el espacio, el cuerpo. El cuerpo asaetado por la cirugía, por el gimnasio, por la dieta, por los conservantes, por el trabajo precario.
¿De qué viven los artistas?¿Qué memoria queda de ellos cuando mueren? ¿Dónde se pierde su obra? ¿Muere con ellos? ¿Qué diálogo mantiene actualmente la sociedad con el arte?¿Y el arte con la sociedad?¿Y la poesía?
¿Por qué el desnudo -sobre todo el masculino- sigue siendo motivo de escándalo para determinados sectores sociales?¿Que artista hace palidecer al Felipe II de 2015 cómo El Greco?
En tiempos de destrucción, el Pasaje de Fuencarral apuesta por la Utopía  El sueño de hacer posible lo imposible está en la calle.


Jesús Gironés


Citas y título: Michel Foucault “Microfísica del poder”. Edición y traducción Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría. Las Ediciones de La Piqueta. Madrid, 1979.

(Texto para Cuerpo y Poder. Pasaje de Fuencarral 77, Madrid. Del 27 de marzo al 17 de mayo 2015)



 Almudena Mora y Roberto Corominas, delante de la obra de Roberto Gonález Fernández. Fotografía de Carlos Díez Bustos.

 Lucía Loren.
 La mano de Menchu Lamas.
 Instalación de David Trullo.
 Raquel Monje.
 Juan Pâblo Villalpando.

Pablo Sola.



En tránsito.

Pasaje del tránsito, antes entre tiendas, ahora entre artistas.
Es curioso que un pasaje comercial, tan moderno en los cincuenta, hoy sea una reliquia de construcción civil, misteriosamente salvado de la piqueta, de la voladura controlada o de lo que los nuevos diseños de ciudad o de comercio consideren oportunos.
El arte, los artistas, siempre dispuestos a intervenir los espacios para darles otra vida, para darles vida. Un curioso matrimonio en una galería comercial que ya no lo es y unos creadores que se han dejado seducir por la propuesta y nos seducen.
El arte y su reflejo moral, su capacidad para plantar cara, como cuando El Greco consiguió enturbiar la mirada de Felipe II y el monarca consiguió hacerle pasar por loco durante siglos.
Arte para hacer que tiemble algo en nuestro interior, esa es nuestra esperanza. Arte que se rebela y cambia nuestra percepción, lo cotidiano, nuestros sentidos. Arte que nunca es solo arte en una tumba del comercio, que nos haga ver que ocupar el espacio y la vida de otra manera es todavía posible.
No sé si imaginarme un centro de Zara o de El Corte Inglés abandonado, reconvertido en ¿un aparcamiento, en un museo?.

Hoy no puedo dejar de pensar en el  imperio comercial de Simeón García de la Riva, que pocos recordarán. Sus palaciegos almacenes, y hoy su casa natal en Ortigosa de Cameros cultivando ruina, al borde del derrumbe. Su almacén de Orense hoy es la sala de exposiciones de la Diputación y hace poco me topé con el doble descubrimiento: palacio del comercio reconvertido y allí obra de viejos y admirados conocidos.

Hoy en Madrid el raro -y efímero- milagro lo permite un espacio que une el Barrio de maravillas de Rosa Chacel -Malasaña- y el barrio asombro del mundo libre: Chueca. Cincuenta artistas y alguno más se mostrarán en un espacio que no estaba pensado para ellos, mención aparte del simpático caballito de mar , al que yo encomiendo el éxito de Espacio e Identidad, en estos tiempos de identidad machacada y psicologizada. En la exposición dos artistas emblemáticos de los sesenta, Alcaín y Orcajo, que se unen muchos años después en la aventura urbana, los dos, ejemplo de fidelidad al trabajo a lo largo de más de medio siglo, ejemplo como pocos del viaje de la creación. Resaltar de esta fiesta del arte también su riqueza: generacional, conceptual, lúdica. Un paseo con los artistas, de Chueca a Malasaña. Para dar muchas vueltas.

                                                                                                    Jesús Gironés
                                                            Ortigosa de Cameros, septiembre de 2013.

(Texto para Espacio e Identidad. Pasaje de Fuencarral 77. Madrid. 2013).








Julio Pérez Manzanares, Tomás Paredes, Jesús Gironés, Carlos Delgado Mayordomo y Elisa Ramos en Espacio e identidad, Madrid 2013.