lunes, 27 de noviembre de 2017

Emily Dickinson



(1673):

¡Sigue tu gran camino!
Las estrellas con las que te encuentres
Son exactas como Tú –
Porque ¿qué son las Estrellas sino Asteriscos
Para puntuar una Vida humana?

Emily Dickinson


Go thy great way!/The Stars thou meetst/Are even as Thyself –/But what are Stars but Asterisks/To point a human Life?









Sabina Editorial y Emily Dickinson

[Fotografía José A Díaz Marijuan]

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Emilio Sanz de Soto


José Hernández, Margarita de Lucas, Antonio de Navascués, Jesús Gironés.
Sentados: Emilio Sanz de Soto y Ana Marzoa.
Presentación de ST Libro Objeto A Cernuda. Galería Edurne, 2 de diciembre de 2002

Hoy se cumplen 10 años de la desaparición de Emilio Sanz de Soto.
Recupero el breve artículo que publiqué en Diario de Pozuelo.

Emilio Sanz de Soto

Ya decía Larra que escribir en España era llorar, y claro, organizar exposiciones aún peor. Vino en mi ayuda Ramón Gómez de la Serna cuando habla de 'los lunáticos que cometen actos alunados' y comienzo a entenderlo todo, no sin sulfuro y tristeza.
Cuando escribo estas líneas me llega la noticia de la muerte de Emilio Sanz de Soto, una de las personas que con mayor placer he escuchado hablar en mi vida. Oírle era un arrebato pasional, escuchar historias que nunca habías oído y siempre contadas de una forma fascinante.

Recuerdo la última conversación en la fiesta de la Residencia de Estudiantes, contándole a Laura García Lorca historias de su tío Federico que ella no sabía. O unas semanas después, en su casa con David Trullo, disfrutando una vez más de sus recuerdos, consejos y vivencias, cuando nos contó que Buñuel casi le había hecho llorar diciéndole que nadie vivo le recordaba tanto a Lorca como él.

Emilio, aristócrata irrepetible; el amigo de Jane Bowles: al que Picasso le mandaba el chófer para buscarle en pleno mayo del 68; el de las 
Fiestas de Bárbara Hutton, el mentor de un luego agradecido y generoso José Hernández; el de la galería Clan.

Nunca agradeceré bastante a Cecilia Bergamín el haberle conocido. O las presentaciones de Juan Gómez y ST Libro Objeto A Cernuda, con Ana Marzoa en la galería Edurne...

Que antes que nos salve la luna esperemos algo de los hombres.
Jesús Gironés
Texto publicado en Diario de Pozuelo
jueves 27 de noviembre de 2007


Emilio, Pepe Carleton, Truman Capote, Jane y Paul Bowles


Plaza de Armas, delante del Castillo, en la que aparecen, en segundo plano, Antonio Saura, Luís Buñuel, Emilio Sanz de Soto, Mario Camus y Carlos Saura con una cámara de fotos en las manos. En el suelo, Alberto Portera y José Ayllón. La fotografía esta fechada en Chinchón en el año 1962.


Emilio Sanz de Soto con Jesús Gironés y Ana Marzoa. Galería Edurne.

 Jesús Gironés con Emilio Sanz de Soto en la Residencia de Estudiantes. Detrás Javier Maqua.


Jesús Gironés, Almudena Mora, Emilio Sanz de Soto y Ana Marzoa.

 David Trullo, Emilio Sanz de Soto y Antonio de Navascués.


Cecilia Bergamín -en su exposición en la buhardilla de Alfonso Fuentes, tuve la suerte de conocer a Emilio-, con Yolanda Pérez Herreras y Ana Marzoa. En la calle Justiniano de Madrid, en la puerta de la galería Edurne.


Postal del homenaje que hicimos a Emilio Sanz de Soto en El Foro de Pozuelo en 2008. LA fotografía, Emilio de primera comunión.




domingo, 12 de noviembre de 2017

Gabrielle Althen: El enigma



EL ENIGMA

El frío del corazón en la frente mordida por el frío del cristal
–¿quién salvará el corazón de su propio caos?–
Mirando la alegría por el cristal de la pena
el enfermo se posaba en un jardín de hierro
donde florecían todavía flores de nieve antigua
Oh tú cuya sangre no es lo bastante roja
y que el ave acaricia entre estas dos imágenes
Mira la palabra alada planear sobre el valle
y la promesa cerca del mal
Supe que una mano pálida apartaba el visillo
y el cristal se destacaba del corazón
El ave del paisaje tejía su pasarela
Mirábamos, ¿recuerdas?, cómo sonaba la mañana
cuando la suerte vuelve a abrir sus alas rojas
y la claridad volvía a peinar la hierba
Después de atravesar el bosque del hierro y de las malas palabras
sonreiremos
hasta que el cristal sea puro por ambos lados
–murmullo de ángel entre las estrellas
con la sangre pensativa que se enciende–
Pero la sirviente pálida quiere reclamar el destello
el amén del ángel bordeando el fragor
sin que el viento los separe
sino sólo el cristal vivo de la pena


GABRIELLE ALTHEN


[Traducción de François-Michel Durazzo en “Zurgai”, nº 12, diciembre de 2005]

Gracias a Jonio González.
[Imagen: L'Art De L'or]



Gabrielle Althen web