miércoles, 22 de octubre de 2025

LOLA VIVAS: FLOW y Cachorros de arena.

 



La niña que aprendía a fluir

Lola Vivas. Flow. Ed.Tres hermanas, 2025

Por Jesús Gironés

Flow es la historia de Alicia en el país de las maravillas y de La metamorfosis, La niña y la mujer son también Eva, la que comió la manzana y todavía intenta compartir aquella sensación, aunque el amante no parezca interesado en su deseo de conocimiento, Alicia, la protagonista de Flow, que no se llama por supuesto ni Alicia ni Eva, no malgasta su tiempo con reinas ni juegos ni gatos, Está eso sí, la casa, que quizá sea la infancia, una casa viva e imaginada, una ruina en la memoria, un espacio para las luchas de poder, los deseos, el deseo, el sexo, y me viene ahora a la cabeza la protagonista de Portero de noche Charlotte Rampling/Lucía. Esas cosas que suceden en la hendidura, la grieta.

Y la Gata, esa gata tan de María Zambrano, que decía que si supiéramos leeríamos en ella toda la sabiduría de antiguo Egipto.

La Mujer, Lola Vivas es ya una genealogía. Sus personajes fluyen porque hay una genealogía de mujeres libres, que en lo húmedo, danzan. Que piensan. Que se rebelan. Que no se conforman. Que tienen las herramientas para ser independientes. Que conducen. Que se van. Son capaces de comprender a Gregorio Samsa y hacerlo suyo. Sí, Gregorio Samsa somos todos los hombres.


“Flow”, siguiendo con Kafka, sería, más bien, una carta a la madre.

Y no puedo dejar de pensar en Storni:

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,

(…)

Digo pequeñito porque no me entiendes,
Ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Ábreme la jaula que quiero escapar;
Hombre pequeñito, te amé media hora,
No me pidas más.

Aunque el Hombre también se defiende:

“Mujer: Pero la vida tuvo su momento.

Hombre:  También los estímulos. Y los incendios se encienden y se apagan y, ya sabes, querida, yo nunca me rindo.

Mujer. Lo sé. Even when our house burns before its time”.

[Incluso cuando nuestra casa arde antes de tiempo]

La voz de Lola Vivas penetra cada página de este “artefacto literario”, como lo definió Esther Peñas. Un libro que de alguna manera se nutre de géneros variados y juega con lo incómodo, ese estar al borde. Clarice Lispector, por seguir con la genealogía.

Lola Vivas pintora, escultora, librera, profesora… creo que en la escritura ha encontrado una fertilidad nueva, una forma de expresión total en la que se siente especialmente cómoda y poderosa. De hecho, detrás de sus cuadros estaba la escritora, esperando su momento.

Un libro, también, para los hombres que quieran entender a las mujeres. O intentarlo.

Pensé llamar a este texto “La hija de Kafka”. ¿Y por qué no “ La hija de Freud”?, se metió en mi cabeza luego. Freud y sus queridos perversos polimorfos. Entre Kafka y Freud la niña va aprendiendo, eligiendo. Y descubre y aprende, porque a veces los pensamientos son como larvas… y hay que crecer.

Publicado en artepuntoes 

11 de julio 2025





Lola Vivas: 

la sutil insatisfacción de cada día

Lola Vivas nos ha sorprendido con una colección de 33 relatos: “Cachorros de arena”. Un libro lleno del misterio cotidiano. Historias que hablan de las relaciones familiares, la maternidad, el deseo de ser otro, el miedo a lo habitual, la infancia salvaje, la destrucción de la autoridad. Una voz introspectiva que nos atrae con la atmósfera que crea, ambigua y enigmática.

Lola Vivas ha escrito un libro de cuentos que casi se lee como una novela. Hay un río que une las historias, una atmósfera, algo que no se dice, pero nos inquieta, intriga y seduce.

Los cuentos de Lola Vivas tienen esa ambigüedad que hay en la literatura y en la vida. Pienso en el Boris Vian que llena la ciudad de niebla. Hijas que tienen una relación complicada con sus madres. Personas que no llevan la vida que quieren. Lazos familiares enrevesados. Personas que no sabes si viven o están muertas.

Mientras leía intrigado y atento los cuentos pensaba en “Los otros”, la película de Amenábar. Vampiros de recuerdos. Familias que viven al filo, de la caída, del incesto, del crimen, de la complicidad.

“En ese punto, la madre siente un rubor frío. No sabe por qué pero ha imaginado a ese hijo suyo tan alto y tan fuerte, con el aspecto de un recién nacido que quisiera regresar al vientre materno. Y lo imagina allí, trepando por su útero (…)”.

Lola Vivas habla de la vida cotidiana. De esas pequeñas cosas que no se cuentan, pero a las que damos vueltas. Ese día que se sale tan guapa de la peluquería, pero por dentro mantenemos conversaciones con alacrancitos que no nos acaban de picar. O  deseamos ser un pájaro.

“Te gusta pensar de ese modo. Un modo en que miedo y deseo son siempre la misma cosa”.

Lola Vivas es fundadora y directora de la librería y espacio cultural Cafebrería ad Hoc, que pronto reabrirá su puertas en la madrileña calle del Buen Suceso, y pudimos disfrutar en nuestro municipio hasta que el coronavirus cambió las reglas del juego.

Licenciada por la Escuela Superior de Diseño de la Politécnica. Puede verse su trayectoria como artista plástica en el dap/ Diccionario de Artistas Plásticos de Pozuelo de Alarcón. Máster de Narrativa por la Escuela de Escritores, de la que es profesora.

Jesús Gironés

Publicado en La Voz de Pozuelo

26 de abril 2021




Lola Vivas

domingo, 12 de octubre de 2025

DENISE DUHAMEL: POEMA EN EL QUE PISO EL ACELERADOR

 





DENISE DUHAMEL: POEMA EN EL QUE PISO EL ACELERADOR

Mi joven madre se convierte en mi madre muerta
Mi coche nuevo se convierte en chatarra
Mi pelo rubio se vuelve gris,
Mi suéter favorito, un trapo
Mi amado se convierte en mi enemigo
Mi enemigo, en alguien que no recuerdo
Mi pasado se convierte en un lugar oscuro salvo por unos pocos fragmentos nítidos
Mi memoria, en una bolsa de plástico rota, los comestibles caen sobre la acera
Mi amor por las manzanas se convierte en una metáfora
Mi amor por las manzanas se convierte en mi amor por la compota de manzana
Mi pecho plano se convierte en un par de pechos que más tarde se desploman
Mi brillante y rosada cicatriz se convierte en una descolorida línea blanca
Mi amigo de la infancia se convierte en un extraño, después en un cadáver
La casa de mi infancia se convierte en la casa de otra persona
Mi gordura de bebé se convierte en gordura de adulto
Mis zapatillas nuevas, en otras gastadas y listas para una tienda de segunda mano
Mis obsesiones se convierten en cenizas
Mi fuego, en un bocadillo frío
Mis garabatos se convierten en más garabatos
Mi vestido de novia, en el remate de un chiste
Mi copa de vino se convierte en mi rebobinado
Mi jarra de cerveza, en un portalápices
Mi basura se convierte en basurero
Tus árboles, en mi mesa de cocina
Mis mayores problemas se disuelven
para brotar años más tarde burbujeando como un Alka-Seltzer
Mi carcajada se convierte en dolor de estómago
Mi aversión al conflicto se convierte en migraña
Mi ceño fruncido se convierte en entrecejo arrugado
Mis pasos de baile se convierten en un esqueleto para un aula de anatomía
Mi amor infantil por el mar se convierte en mi búsqueda política adulta
Mis manías se suavizan hasta convertirse en preocupaciones insignificantes y más tarde en lirios
Mi caída en desgracia se convierte en mi reserva
Mi reserva se convierte en la primera cuota de mi ataúd






En "In Which", Studio City, Los Ángeles, 2024. Versión de Jonio González. En la imagen, Denise Duhamel (Woonsocket, EE. UU., 1961) por Claire Holt.

POEM IN WHICH I PRESS FAST FORWARD
my young mother becomes my dead mother
my new car becomes a clunker
my blond hair becomes gray,
my favorite sweater, a rag
my beloved becomes my enemy
my enemy, someone I can’t remember
my past becomes a murky place except for a few sharp excerpts
my memory, a torn plastic bag, groceries spilling onto the pavement
my love of apples becomes a metaphor
my love of apples becomes my love of applesauce
my flat chest becomes a set of breasts that later flop
my bright pink scar becomes a faded white line
my childhood friend becomes a stranger, then a corpse
my childhood home becomes someone else’s home
my baby fat becomes adult fat
my new sneakers, worn and ready for Goodwill
my obsessions become ash
my fire, a cold sandwich
my scribbles becomes more scribbles
my wedding dress, a punchline
my glass of wine becomes my rewind
my beer stein, a pencil cup
my garbage becomes landfill
your trees, my kitchen table
my biggest problems dissolve
then bubble up years later like Alka-Seltzer
my belly laugh becomes a bellyache
my aversion to conflict becomes a migraine
my frown becomes a ray of frown lines
my dance moves becomes a skeleton rolled into an anatomy classroom
my childhood love of the sea becomes my adult political quest
my pet peeves soften into petty concerns then become peace lilies
my fall from grace becomes my saving
my savings become my coffin’s down payment


Gracias a Jonio González



JOSÉ EMILIO PACHECO. INDESEABLE

 




JOSÉ EMILIO PACHECO. INDESEABLE

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.




A través de Sociedad Poética (Facebook)

ROSARIO CASTELLANOS. DESTINO

 





ROSARIO CASTELLANOS. DESTINO

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.
El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.
Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.
El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.




A través de Las cuatro esquinas, una intersección literaria (Facebook)

RAMÓN BUENAVENTURA. Dos poemas de Vereda del gamo

 



RAMÓN BUENAVENTURA. DOS POEMAS.


AMANECE EN EL CERRO DE LOS GAMOS

A caballo de nada,
blanco
de los ojos,
no le mires la punta,
vena
de los labios.
Polvoriento de luz:
magia
para el hada
nacida en el crepúsculo:
no
la contemples
cuando descubre el velo.
Su mirada es un charco de leche
con el loto de sangre en el centro.


TOCAR

Las retamas estallan con la fija delicia de un siglo japonés;
pero más amarillos son los pasos de duende
que marcan por la hierba las bravas margaritas.
Ha enloquecido el sauce joven.
Las mariposas me rizan el aire de niñas olvidadas.
Los perros se alivian del pelo,
las urracas se acercan
a punto de pasarse a las palomas.
Aviva los geranios el vuelo colibrí de la esfinge plumosa.
Los albaricoqueros se aprietan en el fruto,
en las brevas la higuera; los guisantes de olor
— rojos, blancos, azules, malva —
se tupen en el muro; sus zarcillos
se han asido a los dardos que olvidé en la diana.
El lagarto se ocupa
de frenarle los ritmos a la sombra.
Mi hijo de tres años se ríe de rojo al ver
las estentóreas amapolas.
No es la dicha: es la vida
para mirada por el hombre;
es el gusto del ciclo,
el placer de encajar.
Crecer acompañado.
De "Vereda del Gamo" (1981-1982)





ROSE AUSLÄNDER, FATIMAH ASGHAR, ISHIGAKI RIN




ROSE AUSLÄNDER: TRES POEMAS

SOLEDAD
Cumplido
el presagio de la gitana
Tu país
te abandonará
perderás
personas y sueño
hablarás
con los labios cerrados
a labios extraños
Te amará
la soledad
te abrazará

INFINITAMENTE
Olvida
tus fronteras
Emigra
La tierra de nadie
infinitamente
te acoge

INCANSABLE
Nos hemos hundido
con
los dioses
Vamos a resucitar
con dioses
diestros
como estrellas
No me canso
de morir





FATIMAH ASGHAR: EL OLOR ES EL ÚLTIMO RECUERDO QUE SE PIERDE

en mi calle, una verja
en mi calle un árbol que huele
a cítricos & jazmín que me devuelve
a los brazos de mi madre
muerta. Le pregunto a Ross cómo puede un árbol
ser jazmín y naranjo al mismo tiempo, en mi calle
mis vecinos ponen verjas & se quedan mirando
no les gusta compartir, en mi calle
un árbol que no puedo ver pero puedo oler
un árbol que no puede ser dos pero está
en mi calle, la falda de mi madre gira
& todo lo que huelo es su fantasma, perfume
en mi calle, una naranja caída
aplastada en la acera
su pulpa sangrienta en el asfalto
de mi calle, Jordan me da un jazmín
para cuando llego a casa
todos sus pétalos han desaparecido.






ISHIGAKI RIN: FLORES

En medio de la noche abro los ojos.
En un rincón del cuarto están despiertos
los crisantemos.
Mañana empezarán a marchitarse:
esa belleza en flor es el comienzo.
Antes de hacer el largo viaje,
cómo podrían conciliar el sueño.
Es tanta la emoción de prepararse.



1.
En "Mi aliento se llama ahora (y otros poemas)", Igitur, Montblanc, 2014. Trad. del alemán de Teresa Ruiz Rosas y José Ruiz Rosas. En la imagen, Rose Ausländer (Chernovski, Ucrania, 1901-Düsseldorf, Alemania, 1988 / Ukranian Jewish Encounter)

2.
En "Poetry", vol. 214, n.º 1, abril de 2019. Versión de Jonio González. La imagen: Fatimah Asghar (Denver, EE. UU., 1989) por Mercedes Zapata.

SMELL IS THE LAST MEMORY TO GO
on my block, a gate
on my block, a tree smelling
of citrus & jasmine that knocks
me back into the arms of my dead
mother. I ask Ross how can a tree
be both jasmine & orange, on my block
my neighbors put up gates & stare
don’t like to share, on my block
a tree I can’t see, but can smell
a tree that can’t be both but is
on my block, my mother’s skirt twirls
& all i smell is her ghost, perfume
on my block, a fallen orange
smashed into sidewalk
its blood pulped on asphalt on my
block, Jordan hands me a jasmine
by the time i get home
all its petals are gone


3.
Traducción de Aurelio Asiain en “Letras libres”, nº 45, agosto de 2013. En la imagen, Ishigaki Rin (石 垣 りん, Tokio, Japón, 1920-2004 / Nikkei)



A través de Jonio González