La niña que aprendía a fluir
Lola Vivas. Flow. Ed.Tres hermanas, 2025
Por Jesús Gironés
Flow es la historia de Alicia en el país de las maravillas y de La metamorfosis, La niña y la mujer son también Eva, la que comió la manzana y todavía intenta compartir aquella sensación, aunque el amante no parezca interesado en su deseo de conocimiento, Alicia, la protagonista de Flow, que no se llama por supuesto ni Alicia ni Eva, no malgasta su tiempo con reinas ni juegos ni gatos, Está eso sí, la casa, que quizá sea la infancia, una casa viva e imaginada, una ruina en la memoria, un espacio para las luchas de poder, los deseos, el deseo, el sexo, y me viene ahora a la cabeza la protagonista de Portero de noche Charlotte Rampling/Lucía. Esas cosas que suceden en la hendidura, la grieta.
Y la Gata, esa gata tan de María Zambrano, que decía que si supiéramos leeríamos en ella toda la sabiduría de antiguo Egipto.
La Mujer, Lola Vivas es ya una genealogía. Sus personajes fluyen porque hay una genealogía de mujeres libres, que en lo húmedo, danzan. Que piensan. Que se rebelan. Que no se conforman. Que tienen las herramientas para ser independientes. Que conducen. Que se van. Son capaces de comprender a Gregorio Samsa y hacerlo suyo. Sí, Gregorio Samsa somos todos los hombres.
“Flow”, siguiendo con Kafka, sería, más bien, una carta a la madre.
Y no puedo dejar de pensar en Storni:
Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
(…)
Digo pequeñito porque no me entiendes,
Ni me entenderás.
Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Ábreme la jaula que quiero escapar;
Hombre pequeñito, te amé media hora,
No me pidas más.
Aunque el Hombre también se defiende:
“Mujer: Pero la vida tuvo su momento.
Hombre: También los estímulos. Y los incendios se encienden y se apagan y, ya sabes, querida, yo nunca me rindo.
Mujer. Lo sé. Even when our house burns before its time”.
[Incluso cuando nuestra casa arde antes de tiempo]
La voz de Lola Vivas penetra cada página de este “artefacto literario”, como lo definió Esther Peñas. Un libro que de alguna manera se nutre de géneros variados y juega con lo incómodo, ese estar al borde. Clarice Lispector, por seguir con la genealogía.
Lola Vivas pintora, escultora, librera, profesora… creo que en la escritura ha encontrado una fertilidad nueva, una forma de expresión total en la que se siente especialmente cómoda y poderosa. De hecho, detrás de sus cuadros estaba la escritora, esperando su momento.
Un libro, también, para los hombres que quieran entender a las mujeres. O intentarlo.
Pensé llamar a este texto “La hija de Kafka”. ¿Y por qué no “ La hija de Freud”?, se metió en mi cabeza luego. Freud y sus queridos perversos polimorfos. Entre Kafka y Freud la niña va aprendiendo, eligiendo. Y descubre y aprende, porque a veces los pensamientos son como larvas… y hay que crecer.
Publicado en artepuntoes
11 de julio 2025
Lola Vivas:
la sutil insatisfacción de cada día
Lola Vivas ha escrito un libro de cuentos que casi se lee como una novela. Hay un río que une las historias, una atmósfera, algo que no se dice, pero nos inquieta, intriga y seduce.
Los cuentos de Lola Vivas tienen esa ambigüedad que hay en la literatura y en la vida. Pienso en el Boris Vian que llena la ciudad de niebla. Hijas que tienen una relación complicada con sus madres. Personas que no llevan la vida que quieren. Lazos familiares enrevesados. Personas que no sabes si viven o están muertas.
Mientras leía intrigado y atento los cuentos pensaba en “Los otros”, la película de Amenábar. Vampiros de recuerdos. Familias que viven al filo, de la caída, del incesto, del crimen, de la complicidad.
“En ese punto, la madre siente un rubor frío. No sabe por qué pero ha imaginado a ese hijo suyo tan alto y tan fuerte, con el aspecto de un recién nacido que quisiera regresar al vientre materno. Y lo imagina allí, trepando por su útero (…)”.
Lola Vivas habla de la vida cotidiana. De esas pequeñas cosas que no se cuentan, pero a las que damos vueltas. Ese día que se sale tan guapa de la peluquería, pero por dentro mantenemos conversaciones con alacrancitos que no nos acaban de picar. O deseamos ser un pájaro.
“Te gusta pensar de ese modo. Un modo en que miedo y deseo son siempre la misma cosa”.
Lola Vivas es fundadora y directora de la librería y espacio cultural Cafebrería ad Hoc, que pronto reabrirá su puertas en la madrileña calle del Buen Suceso, y pudimos disfrutar en nuestro municipio hasta que el coronavirus cambió las reglas del juego.
Licenciada por la Escuela Superior de Diseño de la Politécnica. Puede verse su trayectoria como artista plástica en el dap/ Diccionario de Artistas Plásticos de Pozuelo de Alarcón. Máster de Narrativa por la Escuela de Escritores, de la que es profesora.
Jesús Gironés
Publicado en La Voz de Pozuelo
26 de abril 2021
Lola Vivas











