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jueves, 30 de enero de 2025

MESA ESTEBAN DRAKE. Gracias por la pintura.

 


Mesa Esteban Drake

El alma de la pintura



Ha quedado la ruina intacta

levantamos lejos

nuestras nuevas ciudades

ay, pero no arrancamos

el jacinto del escombro a tiempo

ni salvamos la silla de mimbre

y por eso volvemos

llanto a llanto

a remover las cenizas


Luis Martínez Drake



Hay artistas de los que elogiamos su eterna juventud, su capacidad de renovación, siguiendo quizá contra natura la velocidad del tiempo.


Sin embargo lo que me sorprendió al entrar en la galería Orfila es la fidelidad de Mesa a su proyecto, la depuración que ha conseguido en su último trabajo, y esa belleza entre mística y romántica.


No se si ha sido el mar de Cornide el que ha llenado de lucidez, de diálogo consigo misma, elevando sus aciertos. Mesa se ha llenado del mar de Byron, Friedrich, de Kavafis. La vida y sus experiencias han conseguido que la pintura sea alma. Más que nunca. El bello poema que encabeza la exposición, que habla de la nostalgia de lo perdido, de lo irrecuperable -”Por eso, muchacho, no partas ahora/ Soñando el regreso-” nos avisaba la canción.


Mesa Drake rescata la ceniza y el mimbre, siendo actual ella, y su pintura nos habla de la vitalidad de ese mar, siempre rompiendo, siempre vivo. De la vitalidad de su pintura, de su perfección, de su sabiduría.


El mar, y nada más”, escribió Cernuda.

El mar es un olvido (…)

Sobre espaldas oscuras

las olas van gozando”.


Una pintura plena de forma, de sutileza, de belleza. De aciertos, a veces perturbadora en su magnificencia, y en su aparente sencillez, en su purificación. Y todo lo da su necesidad de pintar.


Hay también una serie de obras más enigmáticas, que huyeron de ser marinas y son paisajes llenos de misterio.


Gracias Mesa por esta exposición, por tu alegría y generosidad con la pintura.



Jesús Gironés

30/31 de enero 2025

Pozuelo de Alarcón











martes, 15 de marzo de 2022

Fátima Fortea


                                          

                                                  Fátima, Madrid, 2004

Fátima Fortea de León (20 de marzo de 1957, Puerto de la Cruz. Tenerife, Islas Canarias/ 11 de marzo, 2022, Madrid).

Fátima Fortea fotografiada por Jesús Gironés en La Central de Callao. Marzo 2011.


"Una tierra que nos desea leve, ligera, amable, protectora, "Sit tibi terra levis", el epitafio latino, se convierte en un hermoso deseo de trascendencia, de preservación para siempre, a través del arte, de todos los agujeros negros de la vida".

Luz Darriba




"Belleza y dolor se encastran hasta confundirse. Este es el sentido que la ambigüedad otorga a la obra de Fátima Fortea, Tornillo o espina, dolores que como la agitación del mar intentan encontrar la manera de transformarse en esa belleza contra la que arremete en vano la fatalidad. "Tal vez la belleza no de toda su medida mas que a ese precio", escribió, una vez más, André Breton.

Ramón Mayrata.


Texto con motivo de su exposición en el Museo Municipal de Orense. Mayo 2011:

De un finisterre a otro

Fátima Fortea ha llenado este año el Museo Municipal de Orense con su instalación multidisciplinar "Sit tibi terra levis" ("Que la tierra te sea leve"). El mural "Fondo" instalado en 2003 en el aeropuerto Reina Sofía es la única pieza expuesta en su isla por la artista tinerfeña, quien reside desde hace siete años en Galicia.




J. A. D., Santa Cruz de Tenerife
El día. La opinión de Tenerife.

2011-08-21

Fátima Fortea (Puerto de la Cruz, 1957) es un caso excepcional dentro del arte canario contemporáneo. La singularidad radica no tanto en la naturaleza de su obra, arriesgada y sugestiva, como en el hecho de que siendo una creadora isleña nunca ha expuesto en su tierra. Cuanto ha podido verse de su obra en Tenerife es el mural "Fondo", instalado en 2003 en las dependencias del aeropuerto Reina Sofía.

No supone un atenuante el hecho de haber residido en Madrid desde 1978, y desde hace siete años en Galicia. Del mismo modo que existen programas destinados a mostrar el trabajo de los creadores canarios fuera de las Islas, sería razonable que hubiese otro dedicado a dar a conocer en el Archipiélago la obra de quienes trabajan en el exterior.

"No he estado demasiado en Canarias -admite- pero intuyo que hay más facilidad que la gente se traslade fuera de Canarias a exponer que al revés... aunque también seamos canarios quienes vivimos lejos".

"El traslado de obra plástica, siempre problemático por la burocracia que conlleva, se complica y encarece más en el caso de la escultura. "Para quienes trabajamos obra pesada es difícil trasladar la obra a efectos de exposición", señala Fátima Fortea, quien este verano ha expuesto en el Museo Municipal de Orense.

Puede decirse que la artista tinerfeña llenó literalmente las dependencias de esta pinacoteca. "Es la primera gran individual que realizo en años y, dado el número y magnitud de las piezas, he utilizado todo el museo", comenta la artista respecto a "Sit tibi terra levis" ("Que la tierra te sea leve"), su muestra más ambiciosa hasta la fecha.

Pinturas elaboradas en soportes heterogéneos como el cartón y la contratabla convivieron con figuras tridimensionales y cerámicas con gres elaboradas a alta temperatura, "como si se tratara de procesos volcánicos". Según señala Fortea respecto al procedimiento empleado con sus materiales, "esculpo más que modelo".

La creadora aportó además un "acuario" integrado por veintiséis cuadros. "Se trata de una instalación en la que los peces no se representan enteros, sino a través de partes, secciones y mitades; a la vez no están quietos, sino en movimiento, con la que trato de sugerir una expresión de libertad". La idea de la libertad y de su reivindicación subyace también en "La Virgen del Burka", figura femenina rodeada por alambres de espinos y rosas.

El heterodoxo discurso de la exposición incluyó una momia hecha con hierros, piedras y lapas, y emplazada a la entrada del museo a modo de cancerbero.

Una escultura que retrotrae una tabla funerario herreña, la figura "Latin lover", un perenquén tratado "como si fuera un objeto mágico" y un homenaje a Frida Kahlo fueron, junto a un mural de 1,8 m y 1,30 m, otros de los elementos propuestos por Fátima Fortea, cuyo taller se encuentra actualmente en Muxía, próximo a la Costa da Morte.

"Y yo quería retirarme en El Hierro", ironiza Fátima Fortea, quien ha acabado viviendo y cultivando su arte en otro confín, como si la línea de su vida se trazara, según sus palabras, "de un finisterre a otro".

Sin embargo, Canarias, su cultura, sus mitos y su imaginario fantástico, perviven en la obra de Fátima Fortea, quien no deja de recordar su tierra a través de las formas surgidas de su estudio.


EL DATO


La literatura: su otra vocación

Fátima Fortea une a su condición de artista la de escritora. En los años 90 colaboró con la revista Elle, donde publico relatos para niños. En su haber figura, precisamente, una obra referencial dentro de esta parcela literaria, "Cuentos de la gallina verde", en colaboración con Alicia García Valiño, un texto escogido por la Facultad de Psicología en Madrid para su empleo en Educación Especial.




Paco Pestana, Luz Darriba y Fátima Fortea.

¡Cuánta tristeza cabe en la alegría! Esta fotografía la ha congelado para siempre. Querida Fátima Fortea, no puedo con mis sombras doloridas.
Hay días en los que deseas no despertar, atrasar la máquina del tiempo, esconderle a la guadaña su herramienta. Lo sé bien porque, últimamente, son demasiados días, demasiada gente querida, admirada, amada, que perdemos antes de tiempo. Muy antes de tiempo, precisamente en tiempos tan hostiles como el sistema que rige el mundo, que no sabe de compasión ni de empatía.
Hoy toca despedir, es un decir, porque se queda adentro de mí cuanto dure mi tiempo y mi memoria, a mi querida amiga, compañera de tantas y tantas alegrías, de tantos sueños compartidos hasta quedar sin sueño, de tanta vida que traspasaba los poros de la piel y se deshacía en confeti para celebrar, precisamente, la vida. Mi querida Fátima, una de las mujeres más hermosas que he conocido, me llevó a su mundo de guirnaldas y flores, de presente continuo, de la elegancia, el glamour y el savoir faire del que yo carecía (y carezco). Ella reunía todas esas cosas, que eran en realidad la fachada de un ser humano pensante, profundo, cuestionador y sabio.
Nos conocimos en Madrid, el Madrid que ella adoraba porque su mundo entero estaba allí, aunque añorase a sus islas bonitas cada día. No se podía ser más canaria y más universal, más glamurosa, más de izquierdas y menos resentida (confieso, que a mi me puede muchas veces ese resentimiento contra los poderes establecidos que nos machacan), más sexy y más feminista (que ya sé que no es una contradicción, pero suelen vernos de ese modo), más generosa y comprometida con las causas justas.
La conocí, decía, en 2002, en su ciudad (porque era totalmente suya, conocía a todo el mundo que valía la pena conocer y todo ese mundo la conocía y la amaba). Yo estaba en la Feria de Estampa, exponiendo, y mi queridísimo Paco Pestana exponía su obra en una galería de Madrid, así que fui a verlo. Con la sala llena de gente, de repente se abren las puertas y entra un sunami vestido de blanco, la belleza, la magia, la alegría. Era Fátima Fortea. Desde entonces, amiga incondicional mía y de Paco. Desde entonces, entró una luz inextinguible por nuestras ventanas semiabiertas. Con Fátima conocí a toda la gente que era interesante conocer, su taller alucinante, sus historias de barro esculpido y horneado, magnificas esculturas, y sus cuentos maravillosos de la Gallina Verde (libros infantiles, hoy de colección, escritos al alimón con su amiga Alicia Valiño).
La vida, el amor, el destino, o lo que sea, trajo a Fátima a Galicia. Primero a Ourense, donde al poco tiempo se hizo con el cariño y la admiración de todo el mundo. Luego a Muxía, la Muxía que conocí gracias a ella, donde también brilló con esa usina propia que tenía, donde montó su taller besando al propio mar. Esa fue la Muxía que conocí junto a sus gentes, la que me llevo a situar Abril en aquel territorio caprichosamente bello.
Por Fátima también conocí al queridísimo Mario Osorio, un pionero de la lucha incansable por la memoria histórica, de quien lloré su falta hace unos años. Fátima vino a Montederramo, a la entrega de mi Premio de las Artes de la Cultura Gallega (2018) desde Canarias, Fátima vino a mi ultima muestra antes de la pandemia en Lugo, en 2019. Fátima siempre estuvo, como estuvo para todas sus amigas, para toda «su gente», que ella decía.
Hoy, Viky Rivadulla (gracias, amiga, pese al dolor), a quien también conocí por Fátima, me dio la noticia. No hacía mucho tiempo que habíamos hablado por teléfono, lo hacíamos muy a menudo. Ella se quedó en Madrid, en el Madrid que tanto amaba, pero la llevarán a Tenerife. Yo volveré cien veces a verla en esa entrada triunfal, de reina absoluta, en la Factoría del Perro Verde. Aquí es donde me gustaría de verdad creer en cosas en las que no creo, pensar que ella y Paco estarán juntos y que yo pueda sumarme a ellxs en su momento. Pero no creo, y ya me duele. Me duele tanto perderte como me apropio de tu alegría, de la alegría que de algún modo me enseñaste. Querida Fátima, compañera del alma, compañera: Hasta la Victoria, Siempre.

[Luz Darriba]


Sus "perenquenes".





Fátima en El Foro de Pozuelo:








Con su hijo Adrián.

Con su hijo José

Con José

Con su nieta Daniela






CV/ Exposiciones:




lunes, 24 de enero de 2022

ORCAJO: El bosque de la pintura.




Me gustó especialmente ir a la exposición de Ángel Orcajo (Madrid, 1934) en la Universidad de Álcalá, sede del Museo Luis González Robles.

El reencuentro con su obra me emocionó. Muy dado el pintor a las antológicas y retrospectivas, recuerdo especialmente la espectacular del Palacio de Carlos V en la Alhambra (2000) o la de la Casa das Artes de Vigo (1993).

Me sorprendió la atmósfera de unidad espiritual que se respiraba en la Sala del Colegio Mayor de San Ildefonso. Cuadros muy distintos, que alcanzaban una comunión inesperada para mí.

Era como si las propias obras establecieran una conexión espiritual entre ellas. Era el bosque de la pintura. Será que por fin he entrado en María Zambrano.

Y era como si el artista se hubiera sacado al niño que era y dijese, a sus 87 años: yo ya he trabajado bastante. Ahora os toca a vosotros. Y los cuadros, libres como nunca de épocas y formas reconocieran su espíritu común.







 Orcajo entre sus hijos Pablo y Sonia.


Inauguración de "Inmensidad Construida"



Patio de la Universidad de Alcalá






Carlos y Belén, mis compañeros de viaje a Alcalá.











Dos maravillosos dibujos de Orcajo, adolescente, que nos dejaron maravillados. 

Mi texto para el catálogo ORCAJO Historia de  Proceso Obras escogidas 1961.1994
Casa das Artes, Vigo,


Mi texto para el catálogo de la exposición "ORCAJO La belleza y la Destrucción Obras de 1957 a 2005". Espacio Cultural MIRA de Pozuelo de Alarcón.


Orcajo, fotografía de Luis Pérez-Mínguez.



Portada del catálogo de la exposición de Orcajo en el antiguo MEAC Museo Español de Arte Contemporáneo, 1980


"Cabeza Urbana", de Orcajo. Actualmente en la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. CC Conde Duque, Portada de la revista Triunfo. Marzo de 1981.



Suso Sáiz, Música Esporádica, 1995, Nuevos Medios. Portada Orcajo.