AMALIA AVIA: TODA LA TRISTEZA DE LA POSGUERRA.
Ayer tuve un día pletórico, exultante. Comí con Maite, Mateo y Fernando en un restaurante que no conocíamos y nos encantó. Buena comida y el personal simpático y atento. Luego Maite me acompañó a ver la exposición de Amalia Avia -El Japón en Los Ángeles-, que tenía muchas ganas desde que la inauguraron. Al salir, me animé a ir hasta La Mallorquina, comprarme un merengue y seguir por Mayor hasta la plaza del Comandante de las Morenas, y vuelta a casa. Para colmo con un conductor encantador.
AL ENTRAR en Alcalá 31, la obra de Amalia nos asombró.
Cuánta tristeza. Nos inundó una sensación de opresión. Hasta ese momento su obra me había conmovido por lo que yo interpretaba como una mirada al pasado perdido. Al ver su obra esta vez sentimos toda la grisura del franquismo. Toda la tristeza de la posguerra.
Apenas algunos cuadros de interiores en los que se disfrutaba la vida, o la naturaleza -flores frutas- que eran un contrapunto al ambiente general. Y esas personas que parecían zombies, desdibujados. Almas, fantasmas en la ausencia de libertad.
La España negra en la pintura de Amalia Avia. Me vino a la cabeza Gutiérrez-Solana.
Una exposición fascinante. Volveré.
Acabo de leer sus memorias "De puertas adentro", y he seleccionado página y media en que cuenta lo que significó para ella la posguerra. Y su profunda tristeza.
Lo dijo Adorno:
"Para poder subsistir en medio de una realidad extremadamente tenebrosa, las obras de arte que no quieran venderse a sí mismas como fáciles consuelos, tienen que igualarse a esa realidad. Arte radical es hoy lo mismo que arte tenebroso".
[Publicado en facebook el 23 de noviembre de 2022]
Espacios en paz
[Todas las fotografias de obras no pertenecen a la exposición de Amalia Avia]