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martes, 12 de diciembre de 2023

Los últimos derrumbes

 


La artista María Ferrero sintió la necesidad de fotografiar las últimas ruinas de un Pozuelo que estaba condenado hace mucho a desaparecer. Algunos, los menos, sentirán nostalgia de un tiempo que se había detenido e importaba a muy pocos. Apenas la crónica de un derrumbe.


Habla el pozuelero Santiago Auserón a propósito de Semilla del Son de “esa especie de melancolía a la que nos aboca la desaparición de las cosas”. Y eso siento yo al pensar en los últimos derrumbes del Pozuelo de La Poza: el taller de Fernando Luengos, el bar restaurante en que algunas veces comí con él, los desguaces, talleres… Aquellas naves y calles algo fantasmagóricas, donde tiene su cabecera el 656 y que ahora intento recordar en las fotografías de la artista María Ferrero.

Los últimos restos de una de las partes más humildes y proletarias del pueblo que se resistía a ser engullido por la ciudad. Recuerdo en los setenta, al principio de venir a vivir, los veranos en que se cortaba el agua y había que bajar con garrafas a La Poza. Recuerdo aperitivos, comidas y tardes de tapas y cervezas; las visitas al taller de Fernando, la herrería convertida en el taller del escultor; la casa a la que acompañé alguna noche a Marcos Picazo. La mayoría de las historias del barrio me las contaba Enrique Sánchez Leal, que se las conocía todas.

Últimamente miraba más desde enfrente, que el autobús ahora lo cojo poco. Ahora se hablaba más de José Mercé, que se había hecho pozuelero, y tenía rincón fijo en los hermanos. Ya le había dicho a Martín-Crespo tiempo atrás: -Alcalde, búscame una casa en tu pueblo, que aquí se tiene que vivir bien…

Las fotos de María Ferrero dan testimonio de un no lugar. Ya nada quedará, los nuevos edificios empezarán a construirse. La nueva ciudad que hace mucho comenzó a ser Pozuelo traerá diferentes vecinos que poco querrán saber. Nuevas vidas comenzarán bajo el mismo cielo. Quizá los antiguos lavaderos sean por fin rehabilitados dignamente, y los vecinos harán alguna excursión, y los niños se sorprenderán tanto que hubiese un tiempo sin lavadoras, como se asombran al descubrir que la leche no viene del tetra-brick, sino de las vacas.

María Ferrero sintió la necesidad de ser testigo. Salir de su estudio, con nocturnidad y lealtad. ¿Para qué sirve la fotografía, el arte, el testimonio? Las últimas sombras, las ruinas de un Pozuelo que ya hace tiempo que no existía, excepto para la especulación inmobiliaria. Si no se salvaron los elegantes hoteles y fincas de veraneo, no lo iba a hacer una de las zonas humildes. De fondo, la agonía de algunas familias que no fueron previsoras, que creyeron que todo seguiría igual para siempre.

La nueva ciudad crecerá entre los escombros.

“A mi me lleva el aire siempre a tu vera, siempre a tu vera… Con lo que te quiero yo”, canta José Mercé de fondo, mientras miro los derrumbes y me despido. Han quedado los árboles, lo que no deja de ser maravilloso.

Jesús Gironés


Texto publicado en La Voz de Pozuelo, 12 de diciembre 2019

La Voz de Pozuelo






Fotografías: María Ferrero

María Ferrero

sábado, 29 de mayo de 2021

Paz Muro en Blanco, negro y Magenta




Jesús Girones con la obra de Paz Muro para DESNUDOS, en El Foro de Pozuelo. Fotografía de Pablo Pérez-Mínguez. La obra es un guiño a Jesús Gironés, como organizador de la muestra, pero sobre todo a su propia obra:"Influencia cultural, y nada más que cultural, de la mujer en las artes arquitectónicas, visuales y otras".



Paz Muro, la alegría a ti debida.

Insólita, silenciada, inclasificable, carnavalesca, libertaria… Muchos son los adjetivos que se le han adjudicado a una de las artistas más singulares del panorama español. La medalla de oro a las bellas artes que le ha concedido recientemente el ministerio de cultura, ojalá sea un paso más para el mayor reconocimiento que le es debido.


Pienso en Paz Muro cuando Paul B. Preciado escribe que: “el arte es siempre una estrategia de la alegría". Quizá su apuesta lúdica, transgresora y muchas veces divertida la ha apartado de quienes tenían el poder para dar testimonio. Cuando decide celebrar su boda con el arte, quizá muchos no supieron ver la importacia de su propuesta. Y no era una decisión banal. Aquel acto, compromiso, happening, en el que participaron algunos de los mas relevantes actores del mundo del arte del momento, era una declaración de principios. Una apuesta profundamente feminista, ética y revolucionaria.


Cuando la conocí en persona, venía precedida de una larga trayectoria y de su mítica performance el 23 F, en el MEAC, que el golpe de estado no paró. Hizo un pequeño happening para mí y me regaló una de las últimas de las “estampitas” que le quedaban de su homenaje a Tiziano, en la que se lee: “Aquí PAZ… después...”.


Tuve el privilegio de que expusiera en El Foro -una de las veces en “Desnudos”-, y preparó una obra que por una parte era un guiño a mí, pero sobre todo a una de sus obras fundamentales: “Influencia cultural, y nada más que cultural, de la mujer en las artes arquitectónicas, visuales y otras”, actualmente en la colección del MNCARS.


Para conocer más a fondo la obra de Paz Muro hay un magnífico estudio de Isabel Tejeda y Lola Hinojosa, publicado en Artigrama. En él inician un acercamiento a “un trabajo con pocos parangones dentro del arte español”.



Jesús Gironés












BLANCO, NEGRO y MAGENTA





Paz Muro con Mareta Espinosa en a inauguración de Aforadas, dentro del I Festival Miradas de Mujeres. El Foro de Pozuelo. Marzo 2012.

Laura Amigo, Jesús Gironés, Paz Muro y Antonia Valero. MNARS.  Inauguración de "El arte sucede. Origen de las prácticas conceptuales en España (1965-1980)". 11 de octubre 2015.

Julio Pérez Manzanares, Paz Muro y David Trullo. El pasaje del Arte. Octubre 2013.




Paz Muro: Carolo V et Philiphi II.